Fundadores de Mariano Arista

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martes, 27 de enero de 2009

El Valor de la Lealtad


Al ser perseguido por unos cazadores, un zorro llegó a casa de un leñador y le pidió que lo dejara ocultarse ahí. Cuando llegaron sus perseguidores, preguntaron al leñador si había visto pasar al animal y éste les dijo que no, aunque con la mano señalaba su casa, donde estaba escondido el zorro.

Como las señas que les hacía no correspondían con sus palabras, los cazadores siguieron su camino, el zorro salió de su escondite y, sin despedirse el leñador, abandonó la casa.

El hombre, muy molesto le preguntó por qué no le había dado las gracias por haberle permitido esconderse en su hogar. Entonces el zorro respondió: “te hubiera agradecido el gesto si tus manos y tu boca hubieran dicho lo mismo”.

Este cuento me puso a pensar en el verdadero significado de la lealtad. Según su definición quiere decir “lo que es conforme a la ley”, es decir, la cualidad de cumplir acuerdos establecidos o implícitos, ya sea con nosotros mismos o con quienes nos rodean.

Las personas leales son eso, seres “de ley”, fieles al compromiso de cumplir lo acordado, sin importar las circunstancias por las que atraviesan.

Comúnmente esperamos que sean leales nuestros amigos, la pareja, nuestros jefes, nuestros hermanos, etcétera. Y es obvio, a nadie nos gusta que nos traicionen, pero, ¿y nosotros?, ¿somos leales?

Según las circunstancias, a veces no nos resulta tan sencillo serlo, pues implica entregarnos al cien por ciento, renunciando a nuestros propios intereses y siendo el respeto a nosotros mismos lo único que nos mantiene fieles.

Todos podemos ser o llegar a tener un amigo superficial, o ir a trabajar y cumplir un horario sin ir más allá, pero cuando somos leales, la amistad, el amor, la fraternidad, la hermandad o cualquier otro tipo de relación se hace más profunda pues nos entregamos totalmente, no por obligación, sino por la convicción de que así debe ser.

Atrevámonos a ser fieles a nuestros sueños, objetivos, ideales y creencias.

Es cuanto

domingo, 4 de enero de 2009

DECÁLOGO MORAL MASÓNICO

1. Ve a tus hermanos de logia, como miembros de tu familia
2. No esperes que tu logia te nombre comisión para visitar a los hermanos enfermos, es obligación enterarte de la salud de todos.
3. Si sabes que tu hermanos necesita ayuda y puedes proporcionársela que esperes a que te la pida, dásela
4. Si tus relaciones e influencias pueden dar a tus hermanos alguna mejoría en su empleo o negocio, utilízales
5. Si el cumplimiento de tu deber te obliga ocasionar perjuicios a tus hermanos solidarízate con ellos procurando amenguarlas consecuencias, pero por ningún motivo faltes a tus deberes.
6. Si algún familiar de tus hermanos solicita ayuda moral o económica y estas en posibilidad de darla, no vaciles en hacerlo, pero procurando que no se enteren del servicio hecho (la mano izquierda debe ignorar lo que hace la mano derecha).
7. Establece relaciones entre los hermanos desconocidos presentándolos entre si.
8. El Hermano viajero debe ser sagrado para ti, hazle su estancia grata agasajándolo: pero sin adularlo.
9. Reconoce a los hijos de tus hermanos como tuyos propios procurando darles educación cuando sus padres no puedan o no se preocupen
10. Une tus esfuerzos a los de tus hermanos para que tu logia lleve dignamente el nombre de respetable.

CÓDIGO MORAL MASÓNICO

· Adora al Gran Arquitecto del Universo.
· Ama a tu prójimo.
· Haz el bien, y deja hablar a los hombres.
· El verdadero culto a Dios, consiste en las buenas costumbres.
· Haz el bien, por el amor al bien mismo.
· Conserva tu alma pura; que pueda presentarse a toda hora delante de Dios, libre de todo reproche.
· Ama a los buenos, compadece a los débiles, huye de los malvados. Más no odies a nadie.
· Háblale respetuosamente a los grandes, prudentemente a tus iguales, sinceramente a tus amigos, y con ternura a los pobres.
· No adules jamás a tu hermano, porque es una traición; y si tu hermano te adula, desconfía que te corrompa.
· Escucha siempre la voz de tu conciencia.
· Sé el padre de los pobres. Cada suspiro que tu dureza les arranque, será una maldición que caerá sobre tu cabeza.
· Respeta al extranjero y al viajero, porque su posición, les hace sagrados para ti.
· Cuando a tu vez seas extranjero, no abuses de esa circunstancia pretendiendo mayores consideraciones que las de la justicia.
· Evita las disputas y prevé los insultos, poniendo la razón de por medio.
· Respeta a las mujeres. Jamás abuses de su debilidad, y muere antes que deshonrarlas.
· Si el Gran Arquitecto del Universo te da un hijo, dale gracias; pero tiembla por el depósito que te confía, porque en lo sucesivo, tú serás para ese niño, la imagen de la Divinidad. Haz, que hasta los diez años te tema; hasta los veinte, te ame; y hasta la muerte te respete. Hasta los diez años, sé su maestro; hasta los veinte, su padre; y hasta la muerte, su amigo. Enséñale ante todo, buenos principios; y después, bellas maneras. Que te deba una doctrina esclarecida, mejor que una frívola elegancia. Que sea mejor, un hombre honrado, que un hombre hábil.
· Lee y aprovecha; ve e imita; reflexiona y trabaja.
· Y que todo redunde en beneficio de tus hermanos, para tu propia utilidad.
· Sé siempre contento para todo, con todo y de todo.
· Jamás juzgues ligeramente las acciones de los hombres. Perdónalas y no las condenes.
· El Gran Arquitecto del Universo es el que sondea nuestros corazones. Es él, sólo, quien puede apreciar su obra.

ESTE CÓDIGO ES UNIVERSALMENTE RECONOCIDO DESDE LA REORGANIZACIÓN DE LA MAS.·. POR LA GR.·. LOG.·. DE INGLATERRA, EN EL AÑO DE 1717 E.·. V.·., Y APROBADO POR EL CONVENTO DE LAUSANA, SUIZA, EL 5 DE SEPTIEMBRE DE 1875 E.·. V.·.