QQ∴ HH∴
Seguramente, esta es una pregunta que al menos en alguna ocasión ha cruzado por vuestra mente. Para mí, como para muchos otros MM∴ e incluso para los profanos que desde afuera nos miran con desconcierto esta pregunta tiene varias respuestas posibles. Después de mucho reflexionar, de leer otras opiniones, de intercambiar puntos de vista con HH∴ de otros Orientes y Ritos, de enfrentar y observar cientos de situaciones en el trajín diario, me parece que una de las fallas más significativas de nuestra Institución reside en que: NO HEMOS SABIDO TRABAJAR EN EQUIPO.
El hombre, a pesar de que es dueño de su destino, no siempre es capaz de controlar todos los factores que influyen en él. De ahí que, tenga que, además de anticipar eventos, unir fuerzas con otros para alcanzar sus metas. Los acontecimientos adversos que obstaculizan el que alcancemos nuestras metas, en cada intento, deben ser vistos como enseñanzas que lejos de empobrecernos, quitarnos valía y esperanza o debilitarnos, nos enriquecen, retan y dotan de nuevas experiencias que amplían nuestra capacidad de entendimiento y nuestra visión.
No importa qué tanto fallen nuestros planes, debemos perfeccionarlos o desarrollar planes alternativos que nos permitan, eventualmente, alcanzar el éxito: llegar a la meta que nos hayamos propuesto. Los MM∴ hemos tenido planes, de hecho, los tenemos, tenemos fe en un México mejor, más justo, más igualitario, con oportunidades, limpio y seguro. No debemos permitir que estos sueños queden guardados como eso, como planes, al contrario, debemos de esforzarnos y trabajar, sin importar el número de intentos que debamos realizar, hasta que estos sueños se conviertan en metas alcanzadas.
Hemos heredado de los sistemas meritocráticos individualistas este afán por sobresalir que si bien es cierto nos hace mejores, también, como resultado de una competencia voraz, sin escrúpulos está bloqueando las salidas de la Mas∴ Mexicana, -como Institución, como grupo- al progreso, la vanguardia, la democracia, la paz y el bienestar de todos, consagrado en nuestros más sublimes principios: L∴ I∴ F∴.
Muchas estrategias que pretenden mejorar la convivencia de la Mas∴ Mexicana no han dado resultado. La creación de diferentes grupos que, al final, vuelven a ser descalificados por otros y acaban en "llamaradas de petate", terminan con un efecto contrario netamente: buscando la Unidad del Pensamiento Liberal, acaban tachándose entre sí de regulares e irregulares o, lo mas triste, llevando "agua a su molino" con favores y prebendas políticas y acaban beneficiando solo a unos cuantos, generando el desánimo en los demás y, por ende, la apatía y resentimiento a nuevos y honestos esfuerzos.
Es necesario que consideremos nuestra historia más reciente como lo que es, una serie de acontecimientos adversos que, en algunos casos, lamentablemente, hemos gestado nosotros mismos porque, entre otras cosas, no hemos sabido trabajar en EQUIPO. Es insensato pensar que podemos ganar todas las batallas, como miembros de este EQUIPO Mas∴, debemos escoger nuestras batallas, con miras a las metas nacionales y no particulares. Las negociaciones derivan en situaciones que, en el mejor de los casos se describen como situaciones de GANAR-GANAR y es ahí donde la Mas∴ tiene una oportunidad para poder hacer de México el país que los mexicanos estamos soñando y esperando. Ésta integración y unificación es, fundamentalmente, el reto que todos los MM∴ tenemos de cara al futuro.
El desafío ya se ha lanzado, cada quien debe hacer lo que le toca y hacerlo bien, de forma comprometida e incluyente. Si lográramos recuperar el concepto de hogares más como centros de valores que de consumo; más como círculos de afecto y menos como fábricas de competidores, tendríamos familias dando vivo ejemplo de trabajo en EQUIPO.
Asimismo, al dignificar los oficios y profesionalizar los servicios, estaríamos en posibilidad de hacer un diagnóstico acertado de nuestras carencias en diversas disciplinas para poderlas subsanar, fortaleceríamos nuestro tejido social y la capacidad de respuesta profesional para la atención de los diversos problemas.
El trabajo "profesional" no es sólo el que desempeña un profesionista que ha tenido la fortuna de terminar una carrera universitaria. El plomero, la costurera, el carpintero, la cocinera, el electricista, taxista o mecánico pueden desempeñar trabajos verdaderamente profesionales, trabajos que le hacen mucha falta al país. Debemos recordar que el desempeño de la excelencia sólo se logra con conocimientos, experiencia y voluntad.
Por su parte, los empresarios en tanto constituyen una incalculable fuente de riqueza e iniciativa, pueden jugar un papel de aglutinador de todos estos cambios, no mágicos, pero sí sugerentes y estimulantes.
Incorporar a la empresa y volverla humana es el reto. Las empresas en su dinámica de negocio deben tener espacio para las personas y para la comunidad. La antigua pretensión de que lo económico podía vivir en un mundo aparte, con sus leyes propias y particulares, se ha esfumado. Hoy sabemos que lo social esta vinculado íntimamente a lo económico y en este sentido economía y sociedad deben constituirse como un EQUIPO que integre las metas de ambos ámbitos.
Ningún dirigente de empresa, menos aquél que tiene de ella la máxima responsabilidad, puede darse el lujo de quedar al margen de este compromiso que adoptaría en su calidad de ciudadano y hombre clave de su comunidad.
El futuro de nuestra nación dependerá de la conciencia que desarrollemos entorno a nuestra fallas y de la puesta en práctica de estrategias que difundan y promuevan soluciones en todos los ámbitos y niveles.
Hasta ahora hemos vivido como un país desunido y por tanto nos cuesta trabajo avanzar. Pero al hacer EQUIPO encontraremos la fuerza necesaria, no sólo para echar la máquina a andar sino para abrir nuevos caminos.
Un ejemplo claro de la fuerza que logra un EQUIPO son los migrantes mexicanos en EEUU, en vez de actuar como islas, han tenido la visión de agruparse desde en pequeñas células hasta grandes asociaciones con conquistas fabulosas.
Ese es el camino a seguir, como vecinos, como empresarios, como padres de familia debemos agruparnos y después tener la capacidad de trabajar con otras agrupaciones en vez de darnos batalla unas contra otras. Es también importante la profesionalización de los recursos humanos, pero el espíritu que se genera en el trabajo en EQUIPO es un componente irremplazable.
Resulta utópico y fantasioso pensar, lo hemos ya comprobado, que la adversidad es un factor que no tocará a nuestra puerta y menos si somos nosotros quienes con nuestra miopía la hemos invitado a pasar a nuestra casa.
Más que vivir con la esperanza de que todo va a cambiar mágicamente, debemos considerar que:
1) El grado de satisfacción obtenido tras alcanzar un sueño se verá multiplicado por el número de intentos en los que, por fin, lo hayamos logrado -como mexicanos ya llevamos muchos intentos-
2) La voluntad es el primer componente que se pone en la mesa de una negociación exitosa y el que nunca se retira de ella,
3) La profesionalización, integridad, prudencia y capacidad negociadora deben ser características que como ciudadanos busquemos en nuestros líderes.
Elie Wiesel, escritor y sobreviviente de los campos de concentración, sostuvo que no debemos decir a nuestros hijos que no busquen héroes, lo más conveniente es decirles que los busquen y que consideren su grado de humanidad para otorgarles ese privilegio.
Nuestra situación actual es adversa y puede acabar con nuestro espíritu y arrastrarnos a la desesperanza, pero es ahora más que nunca que resulta necesario encontrar la fortaleza de intentarlo una vez más y de realizar un nuevo esfuerzo, a pesar de que todo parezca perdido. Las luchas personales, válidas, pero confrontadas, a pesar de las metas compartidas es lo que nos ha mantenido sin retroceso, pero sin avance.
TRABAJAR EN EQUIPO es asestar un golpe con el puño cerrado; la unión de los cinco dedos es sólida, impenetrable, contundente; cada dedo por separado jamás gozará de esa fuerza. ¡Eso es el trabajo en EQUIPO! ¡Eso es lo que le hace falta a México! ¡Es lo que exige la Mas∴!