En esta semana se ha tomado el tema de la libertad de expresión en los noticieros de más alcance en México. En todas las emisiones de televisión y radio y a todas horas se ha tratado el tema. Algunos con más mesura que otros, algunos exagerándolo demasiado, otros más, con gran indiferencia pero la mayoría ha abordado el tema con gran indignación.
El problema se resume de manera muy sencilla, la suprema corte esta apunto de deliberar sobre lo que los medios han llamado la “Ley mordaza”, que no es otra cosa más que un aporte para la consecución de métodos que logren poner un alto a los altos índices de influencia política y social de los medios masivos de comunicación.
La ley se propuso a partir de los hechos que se dieron en las elecciones del 2 de julio de 2006 en las que los medios masivos, específicamente Televisa y TV Azteca, jugaron papeles protagónicos en las luchas de poder y de influencia sobre el pueblo.
La Ley pretende regular la participación de los medios masivos en cuestiones políticas lo cual, a la vez, pretende generar menos influencia de dichos medios en el poder de elección del pueblo.
El problema de la difusión de la noticia de esta ley por los medios masivos de comunicación, no radica en el hecho de que cumplan con la labor de informar al televidente, o lector, o radioescucha, sino en el intento de vender la idea de que dicha ley atenta contra la liberta de expresión, atenta contra la libertad misma del hombre y la libertad misma de un ciudadano independiente, tan exagerados han sido los comentarios, específicamente de TV Azteca y Televisa que han afirmado que es un atentado contra la soberanía nacional, la libertad del género humano y contra los ideales de la independencia y la revolución mexicana.
Principalmente esas dos televisoras han emprendido una campaña de desprestigio contra la suprema corte de justicia y contra el gobierno del país, y no se trata pues de defender al gobierno o la suprema corte que sin duda adolecen de problemas que cada uno de nosotros podemos definir de manera distinta, el problema es que valiéndose del gran poder de convencimiento que tienen, tratan de enfocar la atención del pueblo hacia un problema que la verdad solo les afecta a ellos y no atenta de ninguna manera contra la libertad de expresión ni contra la soberanía nacional, mucho menos contra los ideales independentistas y revolucionarios.
Sucede que los contratos millonarios con los partidos políticos, la venta de spots de tv, y los favores políticos a cambio de campañas publicitarias de los candidatos terminarían, eso es lo que sucede, sucede que tendrían que limitarse a informar imparcialmente y cuidarse de emitir juicios de valor contra algún partido o candidato e incluso el gobierno, sucede que no podrían decir deliberadamente que un candidato pretende destruir al país y su soberanía, sin que tengan que enfrentar las consecuencias de hablar sin pruebas, sucede que no podrían meter mensajes políticos en sus novelas y en sus programas de farándula, en fin, sucede que le estaríamos quitando un poco de poder al denominado "cuarto poder nacional" que son los medios masivos de comunicación.
Vender una idea errónea de los acontecimientos que suceden en el país, mal informar a la población, contaminarnos con programas cargados de discriminación social y racismo, llenar nuestra vista con imágenes llenas de violencia, hacer creer que indagar en la vida de los hombres y mujeres de la vida pública es periodismo y participar como cómplices en distracciones políticas nacionales como el famoso caso del “Chupacabras” son delitos más graves y de mayor relevancia que la supuesta censura que le instauraría la suprema corte de justicia de la nación.
No olvidemos que la libertad propia termina donde comienza el derecho ajeno, los medios de comunicación penetran en nuestra intimidad, en nuestro núcleo primario que es la familia, penetran en la mente del pueblo y han manipulado a su antojo durante los últimos 30 años la información, ahora pretenden manipular los sentimientos y las garantías individuales, pretenden jugar con el televidente, el lector y el radioescucha a la indignación y la rabia por el pisoteo de una libertad que adolece, en efecto, pero no de donde ellos lo piensan, sino de lo que ocasionan por la basura que ellos mismos generan.
Son tiempos difíciles, tiempos de confusión, hoy día más que nunca debemos fortalecer nuestros valores y lo que les transmitimos a nuestros seres queridos, hijos, sobrinos, padres, hermanos, para formar generaciones solidamente fundadas en el respeto, la libertad y la tolerancia y lo que verdaderamente significa cada una de estas palabras.
Soberanía, Justicia y Libertad.
El problema se resume de manera muy sencilla, la suprema corte esta apunto de deliberar sobre lo que los medios han llamado la “Ley mordaza”, que no es otra cosa más que un aporte para la consecución de métodos que logren poner un alto a los altos índices de influencia política y social de los medios masivos de comunicación.
La ley se propuso a partir de los hechos que se dieron en las elecciones del 2 de julio de 2006 en las que los medios masivos, específicamente Televisa y TV Azteca, jugaron papeles protagónicos en las luchas de poder y de influencia sobre el pueblo.
La Ley pretende regular la participación de los medios masivos en cuestiones políticas lo cual, a la vez, pretende generar menos influencia de dichos medios en el poder de elección del pueblo.
El problema de la difusión de la noticia de esta ley por los medios masivos de comunicación, no radica en el hecho de que cumplan con la labor de informar al televidente, o lector, o radioescucha, sino en el intento de vender la idea de que dicha ley atenta contra la liberta de expresión, atenta contra la libertad misma del hombre y la libertad misma de un ciudadano independiente, tan exagerados han sido los comentarios, específicamente de TV Azteca y Televisa que han afirmado que es un atentado contra la soberanía nacional, la libertad del género humano y contra los ideales de la independencia y la revolución mexicana.
Principalmente esas dos televisoras han emprendido una campaña de desprestigio contra la suprema corte de justicia y contra el gobierno del país, y no se trata pues de defender al gobierno o la suprema corte que sin duda adolecen de problemas que cada uno de nosotros podemos definir de manera distinta, el problema es que valiéndose del gran poder de convencimiento que tienen, tratan de enfocar la atención del pueblo hacia un problema que la verdad solo les afecta a ellos y no atenta de ninguna manera contra la libertad de expresión ni contra la soberanía nacional, mucho menos contra los ideales independentistas y revolucionarios.
Sucede que los contratos millonarios con los partidos políticos, la venta de spots de tv, y los favores políticos a cambio de campañas publicitarias de los candidatos terminarían, eso es lo que sucede, sucede que tendrían que limitarse a informar imparcialmente y cuidarse de emitir juicios de valor contra algún partido o candidato e incluso el gobierno, sucede que no podrían decir deliberadamente que un candidato pretende destruir al país y su soberanía, sin que tengan que enfrentar las consecuencias de hablar sin pruebas, sucede que no podrían meter mensajes políticos en sus novelas y en sus programas de farándula, en fin, sucede que le estaríamos quitando un poco de poder al denominado "cuarto poder nacional" que son los medios masivos de comunicación.
Vender una idea errónea de los acontecimientos que suceden en el país, mal informar a la población, contaminarnos con programas cargados de discriminación social y racismo, llenar nuestra vista con imágenes llenas de violencia, hacer creer que indagar en la vida de los hombres y mujeres de la vida pública es periodismo y participar como cómplices en distracciones políticas nacionales como el famoso caso del “Chupacabras” son delitos más graves y de mayor relevancia que la supuesta censura que le instauraría la suprema corte de justicia de la nación.
No olvidemos que la libertad propia termina donde comienza el derecho ajeno, los medios de comunicación penetran en nuestra intimidad, en nuestro núcleo primario que es la familia, penetran en la mente del pueblo y han manipulado a su antojo durante los últimos 30 años la información, ahora pretenden manipular los sentimientos y las garantías individuales, pretenden jugar con el televidente, el lector y el radioescucha a la indignación y la rabia por el pisoteo de una libertad que adolece, en efecto, pero no de donde ellos lo piensan, sino de lo que ocasionan por la basura que ellos mismos generan.
Son tiempos difíciles, tiempos de confusión, hoy día más que nunca debemos fortalecer nuestros valores y lo que les transmitimos a nuestros seres queridos, hijos, sobrinos, padres, hermanos, para formar generaciones solidamente fundadas en el respeto, la libertad y la tolerancia y lo que verdaderamente significa cada una de estas palabras.
Soberanía, Justicia y Libertad.