“Los hombres y los pueblos sin memoria de nada sirven; ya que ellos no saben rendir culto a los hechos del pasado que tienen trascendencia y significación; por esto son incapaces de combatir y crear nada grande para el futuro”. Q.•.H.•. Salvador Allende G. Discurso en la Cámara de Diputados, 1939.
La señalada cita sin lugar a dudas que también le es aplicable a las instituciones. El pasado miércoles 26 de Marzo la R.•.L.•. “Honor y Lealtad” Nº 33, cumplió 110 años de vida masónica ininterrumpida en la ciudad de Los Angeles, es ésta una ocasión propicia para reflexionar sobre nuestra historia; ejercicio intelectual imprescindible para construir el porvenir.
A inicios del siglo XX, en el mes de septiembre de 1903, varios QQ.•. HH.•. provenientes de otras ciudades del país y que desarrollaban en Los Angeles sus actividades profesionales, comerciales o agrícolas. La mayoría de ellos pertenecientes a la R.•.L.•. “Paz y Concordia” Nº 13 del Valle de Concepción, y ante las dificultades de las comunicaciones y el transporte de la época, que impedían el que pudieran laborar con la constancia y regularidad acostumbrada en sus talleres masónicos de origen, decidieron iniciar las primeras gestiones ante la Gran Logia de Chile tendientes a constituir una Logia en la Isla de la Laja, trabajaron con fuerza y vigor, dichos esfuerzos se vieron coronados 6 meses después, un 26 de marzo del año 1904, fecha en que fue instalada solemnemente la primera oficialidad R.•.L.•. “Honor y Lealtad” Nº 33, quedando constituida como una Logia regular y perfecta, y la calle Lautaro Nº 252 de nuestra ciudad, como el lugar del funcionamiento del Taller.
Hoy en día la Francmasonería angelina está conformada por las RR.•.LL.•. “Honor y Lealtad” Nº 33, “Perfección” Nº 113 y “Discernimiento” Nº 205, a las que se le debe sumar la R.•.L.•. “Rehuen” Nº 185 de Mulchén, con un total de 247 QQ.•.HH.•. miembros activos, constituimos la Masonería de la provincia de los siete ríos o de la Alta Frontera. Todos y cada uno sus integrantes suscribimos la Declaración de Principios de la Gran Logia de Chile, la que señala:
“La Francmasonería es una Institución universal, esencialmente ética, filosófica e iniciática, cuya estructura fundamental la constituye un sistema educativo, tradicional y simbólico. Se funda en el sentimiento de la Fraternidad, constituye el centro de unión para los hombres de espíritu libre de todas las razas, nacionalidades y credos.”
“Como institución docente tiene por objeto el perfeccionamiento del hombre y de la Humanidad. Promueve entre sus adeptos la búsqueda incesante de la verdad, el conocimiento de sí mismo y del hombre en el medio en que vive y convive, para alcanzar la fraternidad universal del género humano. A través de sus miembros proyecta sobre la sociedad humana la acción bienhechora de los valores e ideales que sustenta”.
“No es una secta ni es un partido. Exalta la virtud de la tolerancia y rechaza toda afirmación dogmática y todo fanatismo. Aleja de sus Templos las discusiones de política partidista o de todo sectarismo religioso”.
“Sustenta los postulados de Libertad, Igualdad y Fraternidad y, en consecuencia, propugna la justicia social y combate los privilegios y la intolerancia”. Tienen la obligación de practicar la solidaridad humana”.
“En la búsqueda de la verdad y en el logro de la justicia, es deber de los francmasones mantenerse en un lugar de avanzada en el proceso evolutivo e integrador del hombre y de la sociedad. Los francmasones respetan la opinión ajena y defienden la libertad de expresión. Anhelan unir a todos los hombres en la práctica de una moral universal que promueva paz y entendimiento y elimine los prejuicios de toda índole”.
“Considera la Orden, que el trabajo, en todas sus manifestaciones, es uno de los deberes y uno de los derechos esenciales del hombre y el medio más eficaz para el desenvolvimiento de la personalidad, contribuyendo con ello al progreso social”.
La historia de estos 110 años “Honor y Lealtad” Nº 33, es sin duda la historia de los sueños, realizaciones y esperanzas de innumerables QQ.•.HH.•., cual más, cual menos han dado lo mejor de sí para contribuir alcanzar una sociedad humana que brinde bienestar y ventura a sus integrantes, que han centrado sus vidas y esfuerzos en lo sustancial de nuestros principios y valores, en la idea superior que la Masonería encarna. De la acción de aquellos masones que perseveraron, que trabajaron sin desmayo, emergió en Los Angeles, una masonería vigorosa y renovada. Este empeño evidentemente que habrá estado acompañado de conflictos y adversidades, pero han sido más los desafíos, logros y obras realizadas, por lo que hemos echado raíces profundas en la sociedad angelina y ninguna tormenta cercana o lejana podrá hacernos desistir de nuestro empeño.
Por Carlos Alberto Vergara Villegas V:. M:. R:: L:. “Honor y Lealtad” Nº 33 Los Ángeles.