Capital Federal - La Masonería Argentina recuerda hoy el 1º de Mayo de 1886 cuando comenzó la huelga general por diversos reclamos de orden sindical, entre ellos las ocho horas de labor diarias según la máxima de “ocho horas para eltrabajo, ocho horas para el sueño y ocho horas para la casa” que desembocó, tres días después, en la Revuelta de Haymarket. En esa plaza se concentraron miles de personas que fueron reprimidas por policías uniformados.
Centenares de trabajadores fueron detenidos, golpeados y torturados. La mayoría de los obreros estaban afiliados a la Noble Orden de los Caballeros del Trabajo y a la American Federation of Labor.
Tras un juicio de trámite discutido, cuatro trabajadores fueron ahorcados: George Engel, alemán, 50 años; Adolf Fischer, alemán, 30; Albert Parsons, estadounidense, 39; y August Spies, alemán 31. Otro condenado, Louis Lingg, alemán de 22 años, se suicidó en su celda antes de ser ejecutado. La historia los ha designado como los “Mártires de Chicago”. Otros tres, Samuel Fielden, inglés, 39; Oscar Neebe, estadounidense, 39; yMichael Schwab, alemán, 33, fueron condenados a penas de prisión en condiciones muy duras.
Las condenas fueron ejecutadas el 11 de noviembre de 1887. El patriota cubano y hermano masón José Martí, corresponsal en Chicago del diario La Nación de Buenos Aires, escribió la siguiente crónica:
...salen de sus celdas. Se dan la mano, sonríen. Les leen la sentencia, les sujetan las manos por la espalda con esposas, les ciñen los brazos al cuerpo con una faja de cuero y les ponen una mortaja blanca como la túnica de los catecúmenos cristianos. Abajo está la concurrencia, sentada en hilera de sillas delante del cadalso como en un teatro... Firmeza en el rostro de Fischer, plegaria en el de Spies, orgullo en el del Parsons, Engel hace un chiste a propósito de su capucha, Spies grita: "la voz que
vais a sofocar será más poderosa en el futuro que cuantas palabras pudiera yo decir ahora». Les bajan las capuchas, luego una seña, un ruido, la trampa cede, los cuatro cuerpos caen y se balancean en una danza espantable...
El establecimiento de la conmemoración en la mayoría de los países del mundo derivó de un acuerdo del Congreso Obrero Socialista celebrado en París en 1889, que estableció el 1° de mayo como Día Internacional de los Trabajadores, jornada de homenaje a la dignidad humana, uno de los principios esenciales de la Masonería Universal.
Nicolás Orlando Breglia
Gran Maestre