En la década de los Treinta el Ejército Mexicano dio un paso trascendental mediante la creación de la Inspección General del Ejército, organismo que sería el encargado del control administrativo del Instituto Armado.
La etapa que se vivía en ese momento era de transición política, económica y social; el Ejército Nacional no podía quedarse a la zaga de tan importantes cambios; por lo que al interior de las Fuerzas Armadas se generó una reorganización a través del entonces Departamento del Estado Mayor, dándose preferencia al estudio de los proyectos correspondientes a organismos de nueva creación.
El entonces Presidente de la República, General Abelardo L. Rodríguez, decretó que con fecha 1/o. de marzo de 1932, iniciara sus funciones un nuevo organismo, el cual se denominaría Inspección General del Ejército, dicho precepto presidencial fue publicado el día 22 de febrero de 1932 en el Diario de la Federación.
En cumplimiento a lo dispuesto por el citado decreto, se constituyó la Inspección por: Ayudantía, Sección Primera, Sección Segunda, Sección Tercera, cada una con funciones especificas. Así, la Sección Primera se encargaría de supervisar a través de sus comisiones, tanto a las unidades de Arma como a las de Servicio (Sanidad, Transmisiones, Administración e Intendencia, Justicia, Criaderos y Remonta, Bandas de Guerra y Música).
Por su parte, la Sección Segunda tenía bajo su control todo lo relativo a la Armada -en esa época la Marina, al igual que el Ejército se encontraban regidos por el mismo Ministerio de Guerra-, mientras que lo relativo al control de material de guerra era responsabilidad de la Sección Tercera.
Para lograr un desempeño más eficiente de las funciones de ese organismo, el territorio nacional fue dividido en cinco zonas de inspección. Debido a lo anterior, los resultados fueron inmediatos, lográndose abatir toda clase de irregularidades administrativas dentro de las Fuerzas Armadas.
En la actualidad la Inspección y Contraloría General del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos es un pilar de eficiencia y óptimo uso de recursos en el Instituto Armado.
Fuente: SEDENA.