El Templo Masónico de Santa Cruz, Bien de Interés Cultural (BIC) y en total abandono hasta hace dos años, cuando se presentó el proyecto de rehabilitación del edificio, ya cuenta con más de un millón de euros procedente de donaciones privadas, un dinero que está a la espera de que el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife encuentre la fórmula legal para que pueda ser invertido en la recuperación de tan singular edificio, ya que la actual ley de financiación de las Administraciones Públicas impide la entrega de dinero de particulares a las instituciones.
El concejal delegado de la Sociedad de Desarrollo, el socialista Florentino Guzmán Plasencia, detalló que, si bien no puede decir la cantidad exacta de dinero disponible, “en estos momentos duplica el presupuesto que tiene el Ayuntamiento para el templo”. El Consistorio ha destinado este año 500.000 euros para recuperar el edificio, esto supone que las donaciones privadas superan ese millón de euros.
El edil explicó que el cambio realizado por el Estado hace un año “nos cambió el pie jurídico de cómo recibir esa financiación y ahora Intervención y Servicios Jurídicos estudian cómo se puede usar ese dinero para rehabilitar un bien cultural”. La forma que han encontrado para salvar este obstáculo es utilizar a la Sociedad de Desarrollo. “La entidad ya tiene entre sus objetivos la de buscar financiación y lo que se pretende es, a través de esa facultad, canalizar el dinero y, mediante una encomienda a Urbanismo, iniciar la rehabilitación”, detalló el concejal delegado de la Sociedad de Desarrollo, aunque aclaró que “todo está supeditado a lo que digan los Servicios Jurídicos”.
Este mismo año
Mientras llega la solución para usar el dinero de las donaciones, en el Ayuntamiento “ya estamos dando los pasos necesarios para que la partida municipal de 500.000 euros sirva para que este mismo año se vean las primeras intervenciones en el edificio”. Preguntado por si teme que se paralice el proyecto si el PSOE sale de las áreas de gestión municipal, el concejal señaló que “se trata de un BIC de la ciudad, independientemente del color o sentido político de la nueva Corporación, la cultura es de todos”. Sí que reconoce que desde el PSOE “se tiene especial cariño” hacia un edificio que albergó dos escuelas laicas, en el que se dio clases gratuitas a muchos chicharreros. “Representa los valores de la libertad, igualdad y fraternidad que también defiende el PSOE”. Plasencia utilizó la misma argumentación para los que puedan creer que su condición de masón hace que se preocupe especialmente por recuperar el templo. “Como concejal de Turismo tengo la responsabilidad de rehabilitar un BIC único en España y que puede ser un importante foco de regeneración cultural y económica de Santa Cruz, es una oportunidad para que recupere su historia”.
“Una historia de amor me llevó hasta la masonería”
Florentino Guzmán Plasencia reconoce que a la masonería “no se llega de un día para otro”. Él lo hizo a través de su abuela, que le confesó en su lecho de muerte que su primer amor, un funcionario de telégrafos, masón y socialista, fue fusilado por serlo. “Mi abuela siempre calló este amor y el hecho de que me lo contara antes de morir despertó mi curiosidad por saber más de ese hombre”. “Durante mis estudios en Valencia -continúa- me acerqué a la masonería y di el paso”. Ese paso para pertenecer a la masonería, explica el edil, significa “entrar a formar parte de una asociación que es la masonería universal y que no es otra cosa que iniciar un camino de estudio”. “La masonería no es una religión, no es un partido político, son hombres y mujeres libres que, a través del estudio y del perfeccionamiento del estudio, persiguen una trascendencia y la mejora de las cualidades humanas. Se evoluciona a través del estudio para mejorar la sociedad”. Plasencia pertenece al grado 28 del rito escocés, es caballero del Sol y maestro en el simbolismo masónico.
Fuente: Agencias.