Son 12.000 miembros activos, que dedican parte de su tiempo a actividades culturales y filantrópicas, entre las que se destacan un colegio, comedores de niños carenciados, y la asistencia médica, especialmente desde el Hogar para Niños Bernardino Rivadavia. Pero sobre todas las cosas, son "hombres libres y de buenas costumbres", aseguró, en diálogo con Infobae, el Gran Maestre de la Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones, Nicolás Orlando Breglia.
"La masonería es una escuela de conducta y conocimiento, porque le exigimos a nuestros miembros llevar una conducta ética y a asumir el solemne compromiso de adquirir conocimiento hasta el fin de sus días", dijo Breglia. Siempre y cuando no adhiera a ideas totalitarias, un masón puede militar en cualquier partido político y profesar cualquier religión, mientras acepten que hay un solo Dios que le es común a todos, planteando lo que denominan "igualdad en la diversidad".
Breglia admite que "la Iglesia católica y los masones siempre tuvieron sus disputas" aunque destaca que sucedieron en el ámbito político. Afirma que en su logia hay sacerdotes, pero no revela sus nombres para protegerlos. "Nos vemos obligados de trabajar en silencio por las persecuciones, ese es el problema", planteó. Breglia asegura que en las provincias que tienen gobiernos feudales se perjudica a las personas que se manifiestan como masones.
"En el siglo XIX, cuando el país se estaba formando, la masonería participó en todos los procesos: en la Independencia, la emancipación, la Constitución, y en la unión del país", indicó. A partir de allí, en la Argentina comenzaron a esgrimirse proyectos educativos y de salud. Domingo Sarmiento, masón grado 33, había trazado una idea que rechazó el gobierno chileno, en la que la educación fuera integradora, es decir que no diferencie entre clases sociales. La masonería se apropió del proyecto, y logró, años después, se lo sancionase en 1884, como la Ley 1420.
Breglia cree que la Argentina siempre fue muy generosa con los inmigrantes analfabetos, pues esta ley les permitió educarse, integrarse y ascender socialmente. "Ese proyecto educativo fue extraordinario y no lo valoramos cuando lo teníamos, y lo empezamos a valorar ahora porque lo estamos perdiendo, le dio cinco premios Nobel al país: tres de ciencias duras y dos de la paz. Además de otros tantos científicos que integraron equipos que recibieron el mismo galardón y que salieron de las universidades públicas", recordó Breglia.
Pero la Masonería se ha ido retirando, según Breglia, por la implantación en la sociedad de un sistema de "pensamiento dogmático y fascista" y así fueron perdiendo la influencia que alguna vez supieron tener durante el siglo XIX y comienzos del XX. "El peronismo tuvo buena relación, los primeros dos vicepresidentes de Perón fueron masones (Hortensio Quijano y Alberto Tessaire). Y en la tercera presidencia, la mayoría de sus ministros lo eran. Además, Perón fue el único presidente que tuvo en su gabinete al Gran Maestre de la masonería argentina", reveló Breglia.
Tras una retirada durante la última dictadura militar, donde se registran desaparecidos de la logia, el retorno de la democracia en 1983 despertó en los masones la idea de actuar nuevamente en la sociedad, porque aseguran que falta un espacio republicano, laico e integrador que busque la unidad nacional. "La masonería justamente ha sido el ámbito neutral de debate donde aparecieron los proyectos nacionales. Y en la Argentina, cuando ha habido un proyecto y una política de Estado, ha sido exitosa, como lo fueron la educativa y la de salud del pasado", finalizó Breglia.Fuente: Agencias.