Fundadores de Mariano Arista
domingo, 9 de septiembre de 2012
La masonería en el mundo y en Tucumán
Este es un libro sobre la masonería, que se lee con agrado, tiene sólidas referencias y, además, brinda información inédita. Su autora, María Florencia Aráoz de Isas, sin incursionar en el complejo ideario masónico, muestra la gran influencia que tuvo en la organización de nuestro país esa sociedad con secretos, de orígenes confusos y lejanos, tanto que podrían entroncar con la construcción del Templo de Jerusalén, edificado en el 1.000 a.C. por el rey Salomón merced a un acuerdo con el rey de Tiro, Hiram, y con la dirección del arquitecto Hiram Abiff. Tal vez por eso el gran templo masónico de Filadelfia, uno de los tres más importantes de la Orden, exhibe una magnífica maqueta de aquel templo en uno de sus suntuosos salones.
En las 203 páginas de cuidada edición se describe brevemente la filosofía de la Orden y su visión del mundo, del que Dios es el Gran Arquitecto; sus símbolos y ceremonias; el nacimiento de la Gran Logia de Inglaterra, en 1717, y su expansión al continente europeo; las condenas de la Iglesia; su intervención en la Revolución Francesa y la difusión de su ideario en EE.UU. y las colonias americanas, en las que ya bullen los proyectos de independencia.
Al inicio del siglo XIX, las logias rioplatenses, bajo la forma de clubes y asociaciones secretas, toman protagonismo en la Revolución de Mayo y luego ejercen fuerte influencia en el proceso de consolidación de la Nación, según se acredita con calificada bibliografía. Así, los protagonistas de Pavón -episodio histórico decisivo en la organización nacional- Mitre, Urquiza, y el Presidente Derqui, eran masones.
También se marca la impronta masónica en la Generación del Centenario, integrada por prestigiosos hombres públicos coincidentes en el anhelo de expandir los ideales libertarios, y su proyección en Tucumán: la sanción de la Constitución de 1907 y la fundación de la Universidad del Norte, inmenso avance cultural de la región, de filiación progresista como la de La Plata, creada por Joaquín V. González.
Por último, la autora rescata la presencia masónica en Tucumán, pese a la falta de archivos y de bibliografía, gracias al apoyo del ingeniero Juan Vitriú y de otros miembros de las logias de Tucumán, que siempre contaron con figuras relevantes de la cultura provincial. Por ello, coincido con la profesora Lucía Piossek Prebisch, que expresa en el prólogo que esta obra es pionera respecto a la acción de la masonería en Tucumán, con aportes nuevos que incitan a seguir investigando.
Fuente: La Gaceta.