En una entrevista concedida a La Opinión de Málaga, el autor recuerda que la obra contiene "un mensaje iniciático masónico bastante interesante" escrito en una época "donde la sociedad no sólo vivía una crisis política sino también una crisis espiritual y moral".
La novela "enseña a conocerse a sí mismo, a desarrollar todas las potencialidades humanas, a afrontar el dolor como una parte imprescindible de la vida y la evolución personal para transmutarlo y alcanzar la felicidad", explica el autor.
Además del fondo de la obra, el autor cree reconocer en el texto algunos aspectos simbolicos de la Masonería. "La forma en la que el protagonista se fuga de la prisión está basada en el ritual de acceso al tercer grado de la masonería, el grado de Maestro", explica.
En la imagen, el escudo del Conde de Montecristo, recreado por Alexander Liptak en base a la descripción que incluye la novela.
Fuente: Gran Logia de España.