Lázaro Cuesta Valdés, Soberano Gran Comendador del Grado 33 para la República de Cuba, acaba de concluir un recorrido de 28 días por Estados Unidos.
Visitó distintas ciudades norteamericanas, las más relevantes por su interés para la institución masónica: Miami y Washington.
En Miami, Cuesta participó en las Convenciones Anuales de los Supremos Consejos de la Jurisdicción Norte y Sur, y tuvo numerosos encuentros con dirigentes de la diáspora y un encuentro colectivo en la sede de la Gran Logia de Cuba en el Exterior.
De su estancia en la Florida, Cuesta Valdés afirma: “Regresé a Miami el día 3 de septiembre y desde mi llegada me di a la tarea de reunirme con los representantes de la masonería cubana en el exterior (…), tuve la oportunidad de reunirme con hermanos de La Federación, los cuales me entregaron varios pomos de vitaminas para los ancianos del Asilo Nacional Masónico Llanso (…); y sostuve una larga conversación con el Gran Maestro de la Gran Logia Latinoamericana, que prometió visitar Cuba”.
Cuesta reconoce que “la más importante de esas reuniones se realizó el sábado día 7, donde se fusionaron los miembros de La Gran Logia de Cuba en el Exterior y La Gran Logia de las Antillas”. Se encontraban presentes sus respectivos Grandes Maestros: Morris Bosakewich y Alberto Pérez. “También se encontraba representado el Supremo Consejo del Grado 33º de la Lengua Española”; (…) una gran cantidad de hermanos, hicieron muchas preguntas y a cada una de ellas se le dio repuesta”.
Los Grandes Maestros Alberto Pérez y Bosakewich, se comprometieron a trabajar por lograr la reunificación de la Masonería Cubana, señalando ambos el estar dispuestos a renunciar a sus respectivos cargos en aras de este propósito.
En general, puede afirmarse que los masones participantes en el evento, mostraron gran receptividad hacia los propósitos enunciados por Cuesta Valdés; comprometiéndose muchos de ellos a viajar a Cuba para participar en el Encuentro a efectuarse en La Habana durante los días 11, 12 y 13 de próximo mes de octubre.
Gran parte de los masones exiliados han manifestado su entusiasta apoyo a las gestiones para lograr un reencuentro entre los masones de ambas orillas. Queda por ver, qué ocurrirá en La Habana durante el evento; así si la voluntad unificadora de la alta directiva masónica isleña, se corresponde a la de sus hermanos exiliados.
Otro aspecto de interés es la magnitud de la participación (abierta o encubierta) en la futura reunión de la Sra. Caridad Diego Bello, máxima jerarca de la Oficina de Asuntos Religiosos del Comité Central del PCC, el auto denominado “Organo Rector” de las actividades fraternales y religiosas cubanas.
La pelota está del lado de la Isla.
Fuente: Agencias.