“Si algo me quita el sueño es profundizar en la normalización de nuestras relaciones con la sociedad española. Siento una enorme envidia cuando voy al extranjero”, explicó el Gran Maestro de la Masonería Española, recién llegado de Brasil tras participar como Presidente de la Confederación Masónica Interamericana en la Cumbre Anual de la Masonería Brasileña, formada por más de 150.000 Queridos Hermanos.
Frente al prestigio institucional de la Masonería en Sudamérica, la Orden en España afronta todavía los efectos de 40 años de olvido y la propaganda antimasónica. “Entre el Gran Oriente Español de 1936 y la Gran Logia de España de 1982 no hay nada en España. Hay un largo exilio en México y no habrá nunca palabras para pagar lo que hicieron nuestros Hermanos mexicanos por nosotros como institución. Pero al retornar, aquellos masones se dieron cuenta que la España de la que se fueron ya no existía, que la cadena se había roto”.
El Gran Maestro llamó a los masones más jóvenes de la Institución a “asumir el protagonismo de ser masón con orgullo” y mostrar la virtud principal de la Masonería: la ejemplaridad de cada uno de sus miembros. En su charla con los Queridos Hermanos recordó que el papel de la Gran Logia de España es garantizar en nuestro país la regularidad masónica internacional, propiciar el contacto con las instituciones y fortalecer las relaciones internacionales de la Masonería Española. Sin embargo, añadió, “la auténtica soberanía de la Masonería reside en cada Respetable Logia, centro de la Institución y raíces sin las que no puede crecer el árbol. Debéis asumir vuestro protagonismo”.
La jornada contó con diversas dinámicas para facilitar el flujo de ideas, como el “Brainstorming inverso”, donde los participantes fueron invitados a responder a una pregunta sugerente, ¿Cómo destruir la masonería en un año?, para darle la vuelta a las respuestas como a un calcetín. Especialmente intenso fue el “Open Space”: debates simultáneos de 15 minutos sobre 12 temas de reflexión propuestos por los propios participantes cuyo resultado debía ser luego resumido en menos de un minuto. En sus conclusiones, los Masones Jóvenes abogaron por desmitificar la condición de masón y compartirla como algo normal, resumieron el la estrategia de transformación de la Masonería en “ser cada uno de nosotros el cambio que queremos en el mundo” y abogaron por recuperar el recuerdo de nuestra historia sin herir sensibilidades políticas.
Todos los debates fueron profundamente interesantes. “Decir que somos luciferinos porque buscamos la luz es como decir que somos cubistas porque buscamos la piedra cúbica. Con ambas expresiones, lo que decimos es que buscamos la perfección de nosotros mismos”, resumió uno de los coordinadores que participó en el encuentro.
El encuentro se cerró con la apelación del Gran Maestro a “disfrutar de la Masonería”, que debe ser “seria pero no aburrida” y “transmitir un mensaje milenario con los medios del siglo XXI”.
Fuente: Gran Logia de España.
