El gran maestro de la Gran Logia de España, Oscar de Alfonso Ortega está hoy en Salamanca acompañado de sus grandes oficiales. El motivo de esta distinguida visita a la ciudad del saber y la cultura es la consagración de la Logia Helmántica 182. Hoy Salamanca vive un nacimiento, o mejor dicho un renacimiento, pues la capital del Tormes ya tuvo su Logia Helmántica hasta el año 1936 en que «su venerable maestro Atilano Coco fue hecho prisionero y finalmente ejecutado por las tropas de Franco porque simplemente era masón, republicano, maestro y además era pastor de la Iglesia Anglicana», anota el gran maestro. De manera que con esta nueva logia, «con el mismo nombre que llevaba le estamos haciendo un homenaje al venerable maestro Atilano y a todos los hermanos de esa logia que sufrieron persecuciones en su día».
El número 182 alude al orden que ocupa en España la nueva Logia Masónica Regular en Salamanca. Esta será «una punta de lanza para la recuperación de la masonería en Castilla y León», tal y como explicó ayer para esta entrevista en exclusiva Oscar de Alfonso Ortega. Quien declaró que en España hay 2.500 hermanos distribuidos en 182 logias desde hoy, con la de Salamanca que empieza a funcionar con 13 miembros.
La Logia Helmántica 182 echa a andar oficialmente hoy a partir de las doce del mediodía con la tenida de consagración de la logia, después de que anteriormente el gran maestro de la Gran Logia de España acompañado de otros hermanos se presentaran formalmente al rector de la Universidad de Salamanca, al alcalde del Municipio y al director del archivo histórico además de a la sociedad con la celebración de una interesante conferencia ayer por la tarde. Actos sumados a la voluntad de «normalizar la masonería, la Gran Logia de España con la sociedad», señala.
La tenida de hoy tiene por misión «la consagración de la Logia Helmántica al gran arquitecto del universo». Después los hermanos que la formen podrán realizar una o dos tenidas al mes, que es la periodicidad habitual de realización de estas ceremonias masónicas. En principio no tienen establecido el sitio aunque, «un templo masónico se puede hacer en cualquier lugar que esté medianamente cerrado», ya que lo único que importa es «el hecho de encontrarte fraternalmente y de realizar unos trabajos ritualísticos».
Dejando de lado esos aspectos secretos que mantienen vivo el romanticismo de las ceremonias de esta orden iniciática en cualquier tenida masónica a parte del simbolismo «cuando se inicia, se pasa a un compañero o se eleva a maestro, hay una parte en que ese ritual hace que la persona que está recibiendo esa ceremonia reflexione sobre lo que ha vivido y eso le sirva de lecciones para su perfeccionamiento como individuo», además realizan «trabajos intelectuales, que son debates sobre cuestiones eminentemente masónicas y filosóficas».
Oscar de Alfonso Ortega como gran maestro supremo ostenta desde el año 2010 «la mayor responsabilidad que un masón puede obtener en su vida masónica, no solamente es una responsabilidad sino que también es el máximo honor que puede percibir ya que es elegido en sufragio universal por todos los maestros instalados». En el caso de Oscar de Alfonso reelegido el pasado año por el 92 % de los hermanos con derecho a voto. El resto de masones pueden ser «aprendices, compañeros o maestros», ya que «hay tres grados simbólicos en la masonería», explica de Alfonso, quien añade que «aparte de esto hay una serie de cuerpos masónicos, que son un perfeccionamiento o formación posterior, como puede ser el Supremo Consejo, los maestros masones de Marca los compañeros del Arco Real de Jerusalén o los caballeros templarios». Precisamente Oscar de Alfonso también es el gran maestre del Gran Priorato de España. En este sentido el gran maestro explica que el pertenece a la orden de Templarios conectada a la masonería y que para acceder a esta última como miembro «es necesario ser maestro masón y compañero del Arco Real de Jerusalén». Todos estos complejos detalles unidos al misterio y el atractivo de la masonería hacen que esta orden vuelva a emerger con la misma esencia que hace mil años.
Acceder a la misma no es inaccesible, tampoco basta con simple curiosidad, sino que es necesario un verdadero interés personal por lo que es la masonería. Sirva de ejemplo el caso de Oscar de Alfonso quien se sintió atraído por la masonería a sus 15 años de edad porque siempre le gustó «la estética masónica, los valores que conlleva la orden y el sentirme un poquito especial». En su caso consiguió entrar como masón gracias a un cliente de su despacho de abogado que le habló de lo que dice «siempre había deseado».
No todos los masones quieren mantener oculta su identidad pero a quien así lo desea lo respetan no haciéndolo público, aunque «la gran mayoría no lo lleva en secreto», contempla de Alfonso.
Una de las bondades de ser masón es ese «sentimiento de fraternidad real que se vive todos los días».
Al final la esencia masónica que ha perdurado desde hace mil años seguirá de moda en el futuro, pues ellos aplican en su vida «la honestidad, la razón, las virtudes del honor, la verdad y la justicia, así como la fraternidad, la armonía y la solidaridad».
Fuente: Agencias.