Dos asturianos, el gijonés Yván Pozuelo Andrés y el mierense Ernesto Burgos, contribuyeron ayer con sendas comunicaciones a los pormenorizados y eruditos debates del XIV Simposium Internacional de Historia de la Masonería Española, que se clausura hoy en el Centro Antiguo Instituto. Ambos historiadores mostraron y demostraron el peso que tuvo la masonería en Gijón o en Mieres durante los años anteriores a la Guerra Civil, mucho mayor en la ciudad costera, donde la logia Jovellanos fue una de las más notables -y posiblemente la más nutrida- de las españolas.
Estas investigaciones, al igual que las realizadas por el investigador gijonés, Víctor Guerra, que también ha intervenido en el citado congreso, permiten ver el importante entramado entre masonería y sociedad civil que se dio en Asturias, similar o aun superior al de otras zonas españolas y europeas. Y cómo el franquismo trató de acabar a sangre y fuego, una vez ganada la contienda civil, con las semillas masónicas mediante la aprobación, en 1940, de la ley contra la represión de la masonería y el comunismo.
Yván Pozuelo, que es también el coordinador de este simposio que por primera vez acoge una ciudad asturiana, habló de la crucial importancia de la gijonesa logia "Jovellanos" en el período que va de 1912 a 1938. Gijonés de 1974 que estudió en La Sorbona, dedicó su tesis, bajo la dirección del catedrático David Ruiz, al estudio de la masonería asturiana durante la Segunda República y la Guerra Civil.
¿Y por qué el foco sobre la logia "Jovellanos"? "Desde finales de los años veinte y principios de los treinta, fue la más numerosa, con más de ciento diez masones". Y más: "Es un ejemplo de huella histórica con la que podemos entender la historia de Gijón, de Asturias y de España".
La investigación de Yván Pozuelo ha probado que en la logia "Jovellanos" convivieron anarquistas (con mucho relieve en la ciudad hasta la Guerra Civil), socialistas y melquiadistas (partidarios del reformismo del político gijonés Melquíades Álvarez, que fue un notorio masón al igual que el anarquista Eleuterio Quintanilla). La "Jovellanos" fue un ejemplo de convivencia progresista entre la burguesía republicana local y el pujante movimiento obrero.
Tanta era la enjundia de esa logia, que, una vez desmoronado el frente republicano del Norte, con la caída de Gijón en octubre de 1937, algunos de sus miembros la reconstruyeron en Barcelona tras su huida a Francia. Yván Pozuelo llegó a los estudios sobre la masonería por una pregunta pertinente: "¿Qué hacían líderes obreros conviviendo en las logias con representantes de la burguesía". La respuesta: "Pues eso, convivir y tolerarse". "Franco rompió los eslabones históricos de la masonería española", dice.
El triángulo "Costa" ( número 5) no tuvo la dimensión de la crucial "Jovellanos", como pone de manifiesto el nombre mismo del grupo de masones que surgió en Turón hacia 1928. Ernesto Burgos, colaborador de LA NUEVA ESPAÑA de las Cuencas, hizo un brillante trabajo de puesta en contexto del fenómeno masónico en el Mieres que va del despegue de la industrialización (la "Asturian Mining Company" se fundó en 1844) a la victoria de Franco, con calas muy interesantes. Un ejemplo es el perfil de los masones mierenses Alberto Fernández y Juan Pablo García Álvarez, ambos socialistas. Este último, que murió en México DF en 1982, fue secretario general del Gran Oriente Español y Soberano Gran Comendador del Supremo Consejo del Grado 33º. para España.
Burgos no pierde, sin embargo, la pista de los masones del triángulo "Costa", incluida la relación de alguno de sus miembros con los asesinatos de frailes y civiles en Turón durante la Revolución del 34. "La masonería mierense vivió entre el final del siglo XIX y el principio del XX la misma evolución que se siguió en toda España", señaló el investigador. Algunos de aquellos masones (republicanos, laicistas o socialistas) tuvieron una activa vida política municipal.
Fuente: Agencias.