Desde el surgimiento de las primeras formas de comunidades humanas, existió la necesidad de defenderse, por lo que el hombre ha tenido que organizarse para llevar a cabo la función tanto defensiva, como la de ataque en contra de grupos hostiles. En estas luchas salía avante quien llegase a emplear táctica y eficazmente los medios y las fuerzas disponibles.
Dentro de territorio americano y en el área que se conoció como Mesoamérica, en la época prehispánica se distinguió el Ejército Mexica, que dominó en gran parte de la región central y sur de lo que es actualmente la República Mexicana y extendió el imperio de los aztecas hasta gran parte de Centroamérica.
A la llegada de los españoles, éstos fueron auxiliados por los ejércitos de los pueblos que habían sido sometidos por el imperio azteca, al consolidar esta alianza, lograron derrotar y destruir al ejército de los mexicas, después del sitio y toma de la gran Tenochtitlán. El dominio de los conquistadores se prolongó durante cerca de trescientos años, lapso en el que poco a poco surgió un pueblo caracterizado por su mestizaje.
El 15 de septiembre de 1810, en el pueblo de Dolores, estado de Guanajuato, surgió un nuevo ejército con ideas de independencia del pueblo: el Ejército Insurgente, al mando del cura Miguel Hidalgo y Costilla, a quien secundaban varios oficiales criollos que pertenecían al Regimiento de Dragones de la Reina y que comulgaba con las mismas ideas libertarias.
En la lucha por obtener la independencia del dominio español, los ejércitos combatientes se fusionaron para formar el Ejército Trigarante, el cual hizo su entrada triunfal en la ciudad de México el 27 de septiembre de 1821. Poco tiempo después surgiría el efímero Imperio Mexicano.
Al efectuarse el derrocamiento de Iturbide, quien se había autonombrado Emperador de México, nació el Ejército Conservador, recibiendo la herencia del Ejército Virreinal, la cual empieza a cambiar con la entrada en vigor de la Constitución de 1857.
La vida del país era una lucha por el poder, tanto político como económico, por lo que surge un nuevo ejército representativo de estas luchas, el Ejército Liberal, éstos combatieron al mando de ciudadanos conscientes de un claro sentido de nacionalidad. En esta etapa el Ejército de México luchó contundentemente en contra del Ejército Francés, destacándose la Batalla del 5 de Mayo de 1862 en la ciudad de Puebla.
Durante el gobierno del General Porfirio Díaz, el Ejército tomó otra fisonomía e incrementó su organización y adiestramiento, incorporando diversos adelantos tecnológicos. Durante esta etapa se le conoció como Ejército Federal.
Pese al auge económico del país, gran parte de la población se encontaba sumida en la miseria, lo cual, aunado a otras condiciones sociales, motivó un levantamiento armado, iniciándose de esta forma la Revolución Mexicana, encabezada por don Francisco I. Madero.
Al generalizarse el movimiento revolucionario, Díaz se vio obligado a renunciar a la presidencia, convocándose a nuevas elecciones en las que Madero resultó triunfador. No obstante, en febrero de 1913 se inició una sublevación armada encabezada por Victoriano Huerta, quien obligó a renunciar a Madero y usurpó la presidencia. Al cundir el descontento por el asesinato de Madero, don Venustiano Carranza lanzó el Plan de Guadalupe y el 19 de febrero de 1913, emitió el decreto en que se creaba el Ejército Constitucionalista, del cual surgiría nuestro actual Ejército Mexicano.
En el año de 1932 se señaló el 27 de abril como día para celebrar al soldado; se escogió esta fecha para recordar la gesta heroica de Damián Carmona, acontecida durante el sitio de Querétaro en 1867. Finalmente por Decreto Presidencial de 22 de marzo de 1950 se estableció el 19 de febrero como día del Ejército Mexicano, a fin de conmemorar la creación de nuestro actual Instituto Armado.
Fuente: SEDENA.
