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ilitar, nace en la Hacienda de San Mateo, cerca de Teúl, Zacatecas. Sus padres fueron Laureano González y María Mateos Ortega. Recibió educación literaria en Guadalajara. Al comenzar la Guerra de Tres Años se desempeñaba como oficinista en el pueblo de Teúl. Comenzó a resaltar por sus ideas liberales exaltadas, que exponía en varios periódicos: La Sombra de García, El Guardia Nacional y El Pobre Diablo. En 1858 ocupó el cargo de diputado del Congreso zacatecano.
JESÚS GONZÁLEZ ORTEGA
(1822-1881)
(1822-1881)
Al acercarse las fuerzas conservadoras que mandaba Leonardo Márquez, se produjo un gran desconcierto en la capital zacatecana, por lo que renunció el gobernador, quedando a punto el gobierno de pasar a manos de una junta de notables, pero González Ortega se opuso, exigiendo que se respetara la Constitución de 1857.
En octubre de 1858 fue designado gobernador de Zacatecas. En 1859, al acercarse tropas conservadoras a Zacatecas, González Ortega organizó una tropa con elementos populares y derrotó a las tropas conservadoras; así inicia su carrera militar en defensa de las ideas reformistas. Reunió gran cantidad de elementos que puso a disposición de los liberales Santos Degollado, Quiroga, Zaragoza, Doblado, etcétera.
Rechazó al general Woll que atacó Zacatecas; lo hizo en Sombrerete y luego recuperó la capital. Tomó prisionero al general. Rómulo Díaz de la Vega, a quien después puso en libertad. En la guerra respetó la vida de los prisioneros. El 10 de agosto derrotó a Miramón en Silao y poco después ocupó Querétaro. Antes había vencido en Peñuelas al conservador Silverio Ramírez. El 22 de diciembre de 1860, y después del triunfo de Laguna Seca, dio la batalla de Calpulalpan, en la que derrotó por completo a Miramón, quien llevaba al grueso de sus tropas y a los más destacados jefes conservadores. De Calpulalpan pasó a México, en donde entró el primero de enero.
Entregó el gobierno a Juárez, quien lo nombró ministro de Guerra. El 6 de abril de 1860 presentó su renuncia al cargo por diferencias con el presidente. El 12 de junio, después de las muertes de Ocampo, Degollado y Leandro Valle, González Ortega fue enviado a perseguir a las fuerzas conservadoras. Entretanto, el Congreso de la Unión lo nombró presidente de la Suprema Corte, cargo que significaba la vicepresidencia de la República. La noche del 13 de agosto, las tropas de González Ortega atacaron a Márquez y a Zuloaga en Jalatlaco y los vencieron por completo. Ello aumentó su prestigio, pero también las discrepancias con el presidente. Poco después Juárez lo instruyó para perseguir a las fuerzas de Mejía, sin darle los elementos suficientes para la lucha, ésta fue la razón de su renuncia, la cual se le aceptó en términos poco favorables.
Al iniciarse la Guerra de Intervención no se aprovecharon sus servicios; pero la muerte de Zaragoza y el desembarco de Forey con grandes refuerzos, hizo que se le nombrara jefe del Ejército de Oriente. Fue defensor de Puebla durante 62 días, en uno de los episodios más notables de la historia militar mexicana. Cuando se carecía de elementos para la lucha, por falta de parque, enterró los cañones y se rindió incondicionalmente. Preso y con rumbo a Francia se fugó al pasar por Orizaba. Sin mando de fuerzas marchó a los Estados Unidos para hacer propaganda a favor de la causa mexicana. Un grupo de mexicanos, militares y civiles, se dirigió a Benito Juárez, pidiendo que entregara el mando del país a González Ortega, petición que fue rechazada.
Al terminar el periodo constitucional se planteó el problema de la sucesión, misma que recaía en el vicepresidente, pero el periodo presidencial se prolongó por decreto. Acusado de abandonar el territorio nacional sin consentimiento del Congreso, y el mando de sus tropas sin permiso del Ejecutivo, González Ortega fue sujeto a proceso, por lo que trató de ingresar a territorio mexicano siendo, sin embargo, detenido por la policía norteamericana. A su regreso a México, el 26 de diciembre de 1866, lanza un manifiesto en contra del presidente Juárez. Rehuyendo el encuentro con fuerzas armadas, que consideraba adictas a su causa, se presentó en Zacatecas, el 8 de enero de 1867, ante el gobernador, quien le aprehende y le envía a Monterrey.
Aún en la cárcel es electo diputado al Congreso General, cargo que declina. Una vez en libertad, se recluye en Saltillo y rehúsa la postulación al gobierno de Zacatecas. En 1881 el presidente Manuel González le reconoce el grado de general. Muere en la ciudad de Saltillo. Sus restos fueron trasladados a la Ciudad de México y descansan en la Rotonda de las Personas Ilustres.
Fuente: Diccionario Porrúa de Historia, Biografía y Geografía de México