Después de haber sido derrotados los independentistas en Aculco y Guanajuato, se reconcentraron en Guadalajara.
El Gobierno Virreinal, ansioso de terminar con la guerra determinó que se concentraran todas las fuerzas fieles a la corona en la provincia de Guadalajara.
El Gobierno Virreinal, ansioso de terminar con la guerra determinó que se concentraran todas las fuerzas fieles a la corona en la provincia de Guadalajara.
El ejército del General Félix María Calleja en última instancia era el que debía actuar sobre los independentistas, Calleja basaba sus triunfos en la disciplina y entusiasmo de sus bien armados soldados, en total unos 3,000 hombres de caballería y 3,000 de infantería, contando con una artillería compuesta por 10 piezas de campaña.
En Guadalajara, Mariano Abasolo e Ignacio Allende se ocupaban de organizar tropas para dar forma a la turba que los seguían en la causa independentista. Contaban con 3,400 hombres entrenados y 1,200 fusiles útiles, el resto, sin orden ni formación eran unos 100 mil hombres de los cuales 20,000 eran jinetes, todos mal armados; la esperanza era su artillería, formada por 95 cañones de los cuales cuarenta y cuatro provenían de las fundiciones reales, el resto era de fabricación de menor calidad.
El ejército independentista salió de Guadalajara el 14 de enero de 1811 acampando al día siguiente en la llanura del Puente de Calderón, lugar escogido por Allende y Abasolo para dar la batalla.
En la madrugada del 17 de enero de 1811, ambos ejércitos se enfrentaron en la lucha, la victoria parecía inclinarse hacia los independentistas que mostraron el valor y arrojo frente a la superioridad de las armas realistas.
Se oponía una tenaz resistencia a las fuerzas de Calleja, hasta que una granada cayó sobre un carro de municiones insurgente y lo incendió provocando tal explosión que los materiales inflamables volaron a lo lejos, las tropas cercanas emprendieron la huída y el resto de la línea independentista se desconcertó. Calleja aprovechó este golpe de suerte y utilizó todo lo que tenía a su alcance para obtener la victoria, que resultó en un desastre para la causa independentista. La derrota de los insurgentes fue tan grave que ya no pudieron recuperarse, culminando poco tiempo después con la captura de sus principales dirigentes.
Fuente: SEDENA
