El General Juan N. Alvarez nació en Atoyac de la Concepción, Departamento de México (Hoy estado de Guerrero), el día 27 de enero de 1790. A los veinte años de edad, se incorporó como soldado en las fuerzas de José María Morelos y Pavón, participando en importantes combates. Después del repliegue insurgente, dirigió junto a Vicente Guerrero a las fuerzas independentistas.
Tras la proclamación del Plan de Iguala, recibió la orden de tomar por asalto el puerto de Acapulco, misión que cumplió exitosamente. Al término de la lucha independentista y al hacerse intolerable el imperio de Agustín de Iturbide lo combatió en contra de éste hasta su derrocamiento. Apoyó la candidatura de Guerrero a la Presidencia de la República, así como a su gobierno. Entre 1830 y 1840 combatió a los conservadores con los que aumentó notablemente su poder, al grado de que una gran extensión del estado de México, que entonces comprendía lo que hoy es Guerrero, no reconocía más poder que el suyo.
Se ofreció a combatir a los franceses en 1838, durante la Guerra de los Pasteles y luchó contra la intervención estadounidense en 1847. En 1849, al crearse el estado de Guerrero se convirtió en su primer gobernador, triunfando un año más tarde en las primeras elecciones para gobernador constitucional. En 1854, a la victoria del Plan de Ayutla, se convirtió en Presidente Provisional de la República, del 4 de octubre al 11 de diciembre de 1855. Convocó al Congreso para elaborar la Constitución de 1857 e intervino activamente en la Guerra de Tres años en defensa de la Reforma.
Al producirse la Intervención Francesa, regresó al campo de batalla con su División del Sur, en donde Benito Juárez le delegaba en su ausencia, la responsabilidad de las operaciones. Murió en 1867, en la Hacienda de "La Providencia", en el estado de Guerrero, poco después del triunfo de las armas republicanas sobre el imperio de Maximiliano. Fué el último de los caudillos de la Independencia en morir.
Tras la proclamación del Plan de Iguala, recibió la orden de tomar por asalto el puerto de Acapulco, misión que cumplió exitosamente. Al término de la lucha independentista y al hacerse intolerable el imperio de Agustín de Iturbide lo combatió en contra de éste hasta su derrocamiento. Apoyó la candidatura de Guerrero a la Presidencia de la República, así como a su gobierno. Entre 1830 y 1840 combatió a los conservadores con los que aumentó notablemente su poder, al grado de que una gran extensión del estado de México, que entonces comprendía lo que hoy es Guerrero, no reconocía más poder que el suyo.
Se ofreció a combatir a los franceses en 1838, durante la Guerra de los Pasteles y luchó contra la intervención estadounidense en 1847. En 1849, al crearse el estado de Guerrero se convirtió en su primer gobernador, triunfando un año más tarde en las primeras elecciones para gobernador constitucional. En 1854, a la victoria del Plan de Ayutla, se convirtió en Presidente Provisional de la República, del 4 de octubre al 11 de diciembre de 1855. Convocó al Congreso para elaborar la Constitución de 1857 e intervino activamente en la Guerra de Tres años en defensa de la Reforma.
Al producirse la Intervención Francesa, regresó al campo de batalla con su División del Sur, en donde Benito Juárez le delegaba en su ausencia, la responsabilidad de las operaciones. Murió en 1867, en la Hacienda de "La Providencia", en el estado de Guerrero, poco después del triunfo de las armas republicanas sobre el imperio de Maximiliano. Fué el último de los caudillos de la Independencia en morir.
