No es apropiado que se oficien misas para narcotraficantes, pueden dejar una imagen a los jóvenes de que en vida se puede hacer lo que se quiera dañando la salud de otros, y si mueres "obtienes el perdón", refirió el masón Alberto García Leyton, ahora presidente del Foro Liberal Mexicano, en alusión a la misa que en Poza Rica se ofició para el narcotraficante Heriberto Lazcano "El Lazca".
“Puede parecer muy duro lo que voy a decir, pero dentro de una religión como la católica, todos somos merecedores del perdón, hay la esperanza de una vida eterna, razón por la que un sacerdote de mutuo propio está llevando a cabo esas misas de expiación, sino es por mandato, es porque le debe algún favor (al narcotraficante), o si no es por la piedad”.
-¿Cree que sea por la piedad, cuándo las misas se cobran?
-Ahí, esa parte influye a todo aquel que se quiera apuntar en la libreta, conozco el sistema porque yo mismo profeso esa religión católica, hay una libreta donde se van apuntando las intenciones de la misa, quizá no sea asunto del sacerdote, sino de quien lo incluye en la lista de recordatorios. No es novedad, hay otras cuestiones, sacerdotes que han hablado de las narcolimosnas, que una vez al alfolí se santifican”.
Desde el punto de vista moral, observó, tanto las misas como las narcolimosnas “resultan reprochables, que se dé eso, las autoridades tienen que poner orden y aplicar la ley, si hubiera algo extraño en las misas a narcotraficantes”.
-¿No son mal ejemplo para los jóvenes?
-Ese es uno de los graves problemas del sacramento de la confesión, que supuestamente, se consigue el perdón, pero no existe un acto de contrición, van y dicen lo que se les ocurre y no hay el propósito de enmienda (que es lo que conlleva el verdadero arrepentimiento del que habla la Biblia), la sociedad mexicana está en un grave problema por el crimen organizado y la iglesia católica poco ha podido aportar para ayudar a este país.
Y agregó, siendo la religión “más difundida en nuestro país, muy poco ha podido contribuir a que mejore la situación y la vida de los mexicanos”.
México es un país 80 por ciento católico de acuerdo al último censo del INEGI, sobre religiones, del 2012, sin embargo, ante el crecimiento del crimen organizado en el país, ha crecido una ferviente fe en santos no reconocidos por la Iglesia Católica, que son llamados “los santos de los narcos”, como Jesús Malverde, conocido también “como el Bandido Generoso, o el Ángel de los Pobres”, del que hay imágenes, mayormente en Sinaloa, su festejo es el de 3 de mayo.
También oraciones a la Santa Muerte que rezan los narcotraficantes colombianos principalmente. Sin embargo la religión o los rezos y oraciones que acompañan a los criminales, como justificación de sus crímenes, o hechos delictivos, no son características sólo de narcotraficantes mexicanos, o colombianos, o latinos.
TERRORISTAS SUICIDAS A NOMBRE DE LA YIHAD
En el Medio Oriente desde el inicio de la segunda Intifada en septiembre de 2000, decenas de palestinos se han convertido en terroristas suicidas. Además, los últimos atentados están rompiendo algunos tópicos que existían en torno al perfil psicosocial de quienes se inmolan en defensa de una causa.
Yerran quienes aún conservan en su mente la vieja e imprecisa descripción del hombre bomba: varón de entre 17 y 22 años, de clase social baja, inculto, desempleado, maniático, violento, cobarde, fanáticamente religioso y, por ende, susceptible a la promesa islámica de convertirse en mártir (shahid) y ocupar un lugar seguro en el Paraíso junto a 70 de sus seres queridos, además de disfrutar de sexo ilimitado con 72 huríes, hermosas vírgenes celestiales de ojos negros.
Con ninguna otra arma que su cuerpo y un cinturón cargado con varios kilos de TNT, dinamita, triperóxido de triacetona u otro explosivo, el hombre bomba burla la vigilancia policial y estalla en mil pedazos ante el blanco elegido, provocando una inquietante sensación de impotencia y vulnerabilidad entre los israelíes.
Fuente: Agencias.
