Fundadores de Mariano Arista

Fundadores de Mariano Arista

lunes, 28 de abril de 2008

Análisis de La Carta Pastoral del Obispo Montes de Oca “encaminada a que sus diocesanos se guardaran de las acechanzas de las sectas masónicas”. 30 de Agosto de 1874
Por Joel Cruz Maytorena

La historia puede ser utilizada como una herramienta de unificación y consolidación. Es necesario abordar los estudios históricos con delimitaciones claras respecto a la intencionalidad. la temporalidad y la región de estudio.

La historia de San Luis Potosí puede darnos una cantidad inmensa de temas y de periodos de estudio ante lo cual es importante comenzar a trabajar en ello.

La historia potosina ha tenido una vida paralela y a la vez inmersa en la historia nacional y mundial, pocas veces nos detenemos a pensar que mientras se daban procesos de gran relevancia a nivel nación y mundo, en nuestro estado y ciudad también se daban acontecimientos que con el paso de los años y con el paso de la historia han dado como resultado el San Luis en el que vivimos actualmente.

En vísperas del 117 aniversario de la Ben:. Leal y Cent:. Resp:. Log:. Simb:. Mariano Arista No. 2, Juris:. a la M:. Resp:. Gr:. Log:. de Est:. Sob:. e Ind:. “El Potosí” me he dado a la tarea de contextualizar los 117 años de vida de la logia a través de un análisis histórico comparativo que revele datos históricos tanto de la vida del propio taller y relacionados o ligados a la vida del mismo.

Contextualizar una época no es tarea fácil, sin embargo creo que es de suma importancia hacerlo a medida de nuestros alcances.
[1]

La fecha de fundación de la Logia Mariano Arista No. 2 se remonta hasta el año de 1891 teniendo como fecha exacta el 7 de agosto, esto nos traslada directamente a la época de madurez del periodo porfirista de la vida nacional.

No cabe duda que aquellos años eran de constante confrontación, no solo armada sino también de ideas y creencias, la conformación de la republica tenia menos de un cuarto de siglo de vida, la instauración de un régimen político como el de Porfirio Díaz se encontraba a penas pasada la mitad de lo que serían sus treinta años de duración antes de convertirse años más tarde en la dictadura a derrotar cuando el movimiento armado e intelectual conocido como la revolución mexicana tuvo lugar.

En aquel año de 1891 se encontraba al frente de la iglesia católica en nuestro estado el Obispo Ignacio Montes de Oca y Obregón quien había sido trasladado de la diócesis de San Luis Potosí el 13 de noviembre de 1884
[2] proveniente de la de Linares a donde había llegado tras presidir la diócesis de Tamaulipas.

El citado Obispo Montes de Oca durante su estancia en Tamaulipas dedicó una Carta Pastoral, que es una especie de sermón que se hacía llegar a la población en una especie de comunicado escrito, a una disertación sobre lo que el propio Montes de Oca denominaba como sectas masónicas y que el propio Velázquez ratifica en su capítulo dedicado al Ilustrísimo Señor Montes de Oca
[3]

Sin más aclaraciones y sin más preámbulo, Don Primo inicia el relato del obispo Montes de Oca hablando sobre el nombramiento que recibe este de parte del papa Pio IX como Obispo de Tamaulipas haciendo un recuento de cómo recorría el estado en su misión evangelizadora cuando de pronto y sin más comentario que ponga en contexto el momento o la razón por la que se aborda el tema, hace referencia a una “carta pastoral encaminada a que sus diocesanos se guardaran de las acechanzas de las sectas masónicas”
[4]

A través del texto va dejando claro que ha leído la Carta Pastoral en su totalidad y aunque en su texto solo transcribe pequeños fragmentos que utiliza a su conveniencia comienza diciendo que:

“citando constituciones pontificias que las prohíben [a las logias masónicas], los exhortó [a los diocesanos] a retraerse de la perdición, enseñando que no solo las masónicas asociaciones de Europa, sino también las de América, están condenadas”


Continua el relato citando más adelante el mismo sermón del Obispo Montes de Oca y diciendo que muchos feligreses habían sido ganados con “palabras seductoras” y dice:

“al comerciante ansioso de crédito o próximo a triste bancarrota se le ha hecho creer que la secta sería una especie de piedra filosofal que todo lo convertiría en oro. Al joven soñador, a quien su aldea parece demasiado estrecha, y suspira por correr el mundo en busca de placeres y fortuna, se le ha dado a entender que la masonería, cual genio mágico, le llevaría en sus alas de ciudad en ciudad, por todas las regiones de la tierra; que un signo masónico le abriría la puerta de todos los palacios, y con solo estrechar las manos de los ricos socios esparcidos por el orbe, lloverían sobre el tesoros sin cuento y podría gozar a su antojo de cuantos placeres brinda la civilización. Al ambicioso aldeano, a quien se le figura pequeña la vara de justicia que le ha confiado su insignificante pueblo, le han ofrecido que la masonería se lo tornaría un cetro... pero una vez presos en los brazos masónicos, se han hallado victimas de una burla cruel, por lo menos la mayor parte de nuestros hijos afiliados a la infanda sociedad”.


El obispo Montes de Oca daba poco crédito a la logia establecida en Tamaulipas en esos años puesto que se jacta de conocer mejor que los propios integrantes de la Logia los estatutos y rituales.

“como las oficinas establecidas en el territorio de nuestra diócesis no tienen, ni pueden tener plenamente probada su regularidad, no se les comunican los grandes secretos ni mucho menos pueden penetrarlos individualmente os iniciados, no perteneciendo los que hay entre nosotros sino a grados inferiores, aunque a alguno se le haga creer quizá en supuestos ascenos.”


Velásquez nos deja ver que el Obispo Montes de Oca sabía de las reacciones que acarrearían sus palabras en la población que formara parte de las logias masónicas

“[...]bien sabemos, Hermanos e Hijos nuestros, que al llegar este punto de nuestras letras, los iniciados en la masonería en esta comarca, las arrojaran quizás indignados, y negaran la exactitud de cuanto acabamos de asentar.”


Nuevamente se jacta de tener en su poder libros y estatutos masones que según su propia opinión ni los mismos integrantes de las logias de la comarca tenían a su alcance:

“No mentirán, por cierto, a sabiendas. Ellos ignoran tales misterios, y los libros de donde los hemos tomado, jamás se permitirá que lleguen a su alcance.”


A pesar de la connotación despectiva y con miras a despreciar a los integrantes de las logias podemos ver en el análisis del texto que era de conocimiento de la opinión pública la fuerza y el gran potencial intelectual y político que de las logias se emanaba hacia la sociedad;

“Soldados rasos de la masonería, sirven de instrumentos en manos de jefes que ni conocen, para contribuir en los gastos generales, de que no se aprovechan los contribuyentes, y para formar ese gran número de afiliados, que constituye en parte la fuerza de la secta masónica.”


A opinión de Montes de Oca y según lo relata Velázquez los conflictos por el poder, las diferencias políticas e incluso los conflictos revolucionarios y sociales, surgían a partir de la existencia de las logias, en su opinión las pugnas tanto internas como externas por el poder eran las que originaban los conflictos públicos y lo malos manejos de administraciones gubernamentales y públicas;

“Sin salir de nuestro país y limitándonos a los lugares que conocemos y habitamos, somos diariamente testigos de esa presión que la masonería quiere ejercer sobre toda autoridad. Si no le pertenece el dignatario a quien dirige sus miras, lo derriba, si es de su seno, lo subyuga, lo domina, lo reduce a mero instrumento en manos desconocidas, muchas veces extranjeras y enemigas de nuestra patria, de nuestro Estado, de nuestro pueblo. A eso tiende esa unión ficticia y esa supuesta fraternidad que anima a los masones. No es el amor ni la amistad la que hace que procuren elevar a sus miembros a los puestos públicos, es el deseo de servirse de ellos para sus miras, y destruir el principio de autoridad, colocando en el poder a meros autómatas. De aquí nacen esos continuos cambios y esas incesantes revoluciones. La menor resistencia a las órdenes de esos directores invisibles de la cosa pública, hace que el que antes era ídolo de los que llamaban sus hermanos, sea sustituido de repente por otro, que a su vez es hecho pedazos, cuando se cansa del triste papel a que lo condenan los que lo han elevado.”

Dice Velázquez que una y otra vez insiste [Montes de Oca] en demostrar la pontificia condenación de la masonería por incompatible con el catolicismo; después de lo cual amonesta en esta forma a sus hermanos, a sus hijos, y a las madres y esposas cristianas:

“Los que para halagaros y adormecer vuestra conciencia, os repiten hasta el exceso que son católicos y francmasones a un tiempo, os engañan vilmente, o son ellos mismos víctimas de amarguísimo engaño. Preferimos creer lo segundo, y por eso es más vehemente nuestro dolor al ver a tantos de nuestros hijos encadenados por la masonería. Si no lo palpásemos, no prestaríamos crédito a tamaña desgracia ¿es posible que los heroicos Tamaulipecos, tan celosos de su independencia y libertades locales, que jamás han sufrido yugo extraño en su bellísimo suelo, es posible que hayan doblado la cerviz a la servidumbre masónica?¿Es posible que los mismos que (¡aberración extraña!) juzgan hasta los votos monásticos opuestos a la libertad individual, se liguen entre si con terribles juramentos, abdiquen su dignidad y su libre albedrío en manos de hombres que ni conocen, y que si hoy les mandan hacer hipócritas profesiones de fe, penetrar en el templo, adular a tal o cual sacerdote, mañana podrán mandarles que cometan los más atroces crímenes sin que los desdichados esclavos puedan negarles la jurada obediencia? ”

No es difícil imaginar las confrontaciones sociales que enfrentaron aquellos quienes pertenecían a las logias de Tamaulipas, esta Carta Pastoral fue en su tiempo una declaración abierta contra la masonería y contra aquellos de quienes era sabido formaban parte de ella. Primo Feliciano no nos aporta ningún comentario sobre alguna repuesta de parte de los masones ante dicha Carta Pastoral ni nos aporta ningún documento sobre lo ocurrido después de publicada la disertación, lo que si nos deja claro es que.

“Le sirvió lo expuesto [a Montes de Oca] para justificar el rigor de que usó por vez primera, declarando incursos en la pena de excomunión mayor, con todos sus efectos, a todos y cada uno de los francmasones estantes y habitantes en el territorio de Tamaulipas.”

Posterior a la publicación de la carta y más adelante en el texto Velásquez nos dice que:

En carta particular del papa Pío IX del 1º de julio de 1875 dice a Montes de Oca:
“En medio de las dificultades que te abruman, Venerable Hermano, teniendo que crear todo en esa nueva diócesis, que fundar todo y adquirir todo, nos regocija esa solicitud verdaderamente apostólica con que procuras, ante todo, poner remedio a los males más graves que afligen a la grey confiada a tu cuidado. De ello hemos visto una prueba patente en la Carta Pastral que publicaste contra las acechanzas de la secta masónica que allí se alberga. Digna de todo elogio nos ha parecido la libertad, la franqueza y la claridad con la que ha revelado en tus Letras sus ocultos designios, su malicia y sus mañas, pero, sobre todo ha merecido nuestra aprobación el empeño especial con que te has esforzado en descubrir esa particular astucia con que los miembros de la secta procuran, en varias partes, persuadir a los incautos de que en América es muy diversa del resto del mundo la índole de la secta masónica, y que en nada se opone la Religión ni al principio de autoridad.”


La fecha de la publicación de la carta del Obispo Montes de Oca es el 30 de agosto de 1874, 17 años antes de la fundación de “Mariano Arista No. 2” y la instauración de Montes de Oca como obispo de San Luis Potosí se da el 13 de noviembre de 1884, es decir 10 años después de haber hecho pública su postura respecto a las logias masónicas.

Si bien la relevancia de un texto como la Carta Pastoral analizada de manera tendenciosa y parcial por Primo Feliciano Velázquez aparentemente no nos dice nada relacionado directamente con la fundación de la logia Mariano Arista No. 2 o con la fundación e instauración de la masonería en San Luis Potosí desde mi particular punto de vista nos da un aporte muy valioso y un acercamiento muy importante a la mentalidad de una muestra de población del San Luis de aquellos años.

Si bien las palabras expresadas hoy en día por un obispo o por algún miembro de la élite clerical pueden ser abiertamente cuestionadas y debatidas e incluso tomar partido a favor o en contra de ellas de manera pública, no debemos olvidar que dicha libertad no ha existido siempre y que en tiempos pasados la Iglesia y sus representantes han tenido un peso decisivo sobre el accionar de diversos sectores de la sociedad.

La vida y las reglas de lo moral, de lo bueno y lo malo estaban dictadas por las leyes religiosas, aún pese a estar instaurado el modelo republicano como medio de vida del México de finales del siglo XIX y principios del XX, incluso es preciso mencionar que la Carta pastoral del Obispo Montes de Oca se dió a poco más de cuarenta años antes de la guerra cristera, lo cual nos puede dar un parámetro que nos ayude a comprender un poco mejor el contexto social en el que salió a la luz.

Notas:

[1] En búsqueda de contextualizar el nacimiento de la Logia Mariano Arista No. 2 comencé a investigar en los textos que se han considerado clásicos de la historia potosina, tal es el caso de la “Historia de San Luis Potosí” de Primo Feliciano Velázquez de la cual tomo citas para hilar el presente texto.
[2] Velásquez. P. 207.
[3] Titulo original del capítulo LXXXIX de la obra de Velázquez.
[4] Op. Cit. P. 204