Fundadores de Mariano Arista

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viernes, 18 de abril de 2008

¿Se puede ser cristiano y masón?

Queridos Hermanos, os comparto un artículo publicado en un sitio católico y cuya autoría se atribuye a Maria del Pilar Rangel. Lo encontraréis en:

http://www.caminayven.com/modules.php?name=News&file=article&sid=819

La masonería, más que sociedad secreta, es una sociedad cerrada. La Encíclica Humanum Genus de León XIII sirve de base para el desarrollo y análisis de la doctrina propugnada por la masonería en este artículo.

Desde el punto de vista religioso, la masonería proclama como principio básico e incontrovertible la independencia absoluta de la razón humana frente a cualquier autoridad o enseñanza.. Consecuencia de esta radical decisión es la negación de la mayor parte de deberes con Dios y el indiferentismo. Todas las enseñanzas de la Iglesia no serían más que mitos de los que el hombre moderno y culto debe librarse. Como la Iglesia Católica afirma ser la encargada de transmitir la enseñanza de Cristo, la masonería cae fácilmente en el deseo de combatirla.

Aunque los masones suelen hablar, de un Ser Supremo con el nombre de Gran Arquitecto del Universo, este resulta bien distinto del Dios de la revelación cristiana. Se trata de un Dios constructor del mundo, ordenador de la materia. Falta la idea de un Dios personal con el que el hombre se puede comunicar. Lo más importante en la existencia de una "fuerza superior". Se cae en un deísmo.

Los masones, al tratar de mantenerse públicamente indiferentes ante la religión concreta, han defendido los estados y la enseñanza laica o sin religión. Por eso han luchado tanto la separación entre Iglesia y Estado. También han luchado por escuelas públicas sin las clases de religión. Resultado de todo esto, es la situación actual que vivimos en España.

¿Qué dice la Iglesia de la Masonería?

La oposición de la Iglesia a la Masonería se fundamenta en:

Su violación del Primer Mandamiento. Los masones tienen un concepto de la divinidad opuesto al de la revelación judeo-cristiana. No aceptan al Dios Trino, único y verdadero. Su deidad es impersonal. El falso dios de la razón.

Su violación del Segundo Mandamiento. El grave abuso de los juramentos en nombre de Dios. Formalmente invocan la deidad en sus ritos de iniciación para sujetar al hombre, bajo sanciones directas, a objetivos contrarios a la voluntad divina,

Su rechazo a la Iglesia Católica, la cual intenta destruir.

Los principales puntos de confrontación, tras el Vaticano II son los siguientes:

El Gran Arquitecto del Universo es un concepto abstracto no un Ser personal.

La moral masona no está ligada a ninguna creencia religiosa en particular; se trata de una moral subjetiva.

El antropocentrismo propio del humanismo masón choca con el teocentrismo cristiano.

La doble moral masona que pregona la libertad absoluta pero exige juramentos iniciáticos e impone normas tremendamente estrictas a sus miembros.

La autonomía de la razón masona frente a la relación fe-razón de la Iglesia.

El esoterismo y el sincretismo masón que pretende nivelar todas las religiones dándole a Jesucristo el papel de gran maestro al mismo nivel que Buda, Mahoma, Zoroastro, etc. pero eliminando su divinidad.

La ambiguëdad masona que implica que no es posible conocer la verdad, frente a la revelación cristiana.

Otros pronunciamientos de la Iglesia referentes a la Masonería

El antiguo Código de Ley Canónica del año 1917, condena la Masonería explícitamente. Según el Canon 2335: "Personas que entran en asociaciones de la secta masónica o cualquier otra del mismo tipo que conspire contra la Iglesia y la autoridad civil legítima, contraen excomunión simplemente reservada a la Sede Apostólica”.
Por su parte la Declaración sobre la Masonería de la Conferencia Episcopal Alemana, publicado en L`Osservatore Romano, 9 de julio,1980 dice:

“Entre la Iglesia Católica y la Masonería se han mantenido conversaciones oficiales en los años 1974-1980 por encargo de la Conferencia Episcopal Alemana y de las grandes Logias reunidas. En el curso de aquella se ha tratado de constatar si la Masonería ha experimentado cambios a lo largo del tiempo, tales que consientan a los católicos de pertenecer a ella actualmente. Las conversaciones se han desarrollado en clima de cordialidad y con gran franqueza y objetividad. Se han estudiado los tres primeros estadios (grados) de pertenencia a la secta. Después de atento estudio de esos tres estadios primeros, la Iglesia Católica ha constatado que existen contrastes fundamentales e insuperables. En su esencia la Masonería no ha cambiado.

La pertenencia a la Masonería pone en duda los fundamentos de la existencia de Cristo; el examen minucioso de los rituales masónicos y de las afirmaciones fundamentales, como también la constatación objetiva de que hoy no ha sufrido ningún cambio la Masonería, lleva a esta conclusión obvia: No es compatible la pertenencia a la Iglesia católica y al mismo tiempo a la Masonería”

La Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, el 17 de febrero, de 1981, promulgó una clarificación sobre el estado de los católicos que se asocian a la Masonería en la que se reafirma la posición tradicional de la Iglesia acerca de la Masonería.

El Código de Ley Canónica actual (promulgado en 1983) no habla explícitamente de la Masonería sino que se limita a la siguiente advertencia general contra ese tipo de asociación:

Canon 1374: "Quien se inscribe en una asociación que maquina contra la Iglesia debe ser castigado con una pena justa; quien promueve o dirige esa asociación, ha de ser castigado con entredicho".

Así, la masonería está, en el seno del laicismo moderno y contemporáneo y comparte la gran preocupación de construir un mundo como si Dios no existiese; quizá no formalmente contra Dios, sino como si Dios no existiese.

Como pueden ver la masonería es incompatible con la fe cristiana, y ser cristiano es incompatible con ser masón.