Sin duda vivimos tiempos difíciles en muchos aspectos, la economía del país pende de un hilo, acabamos de ver como se han eliminado los fideicomisos que subsidian la gasolina y los energéticos para el próximo año 2009, lo cual implica un aumento o decremento en los precios conforme se comporte la inflación, inflación que siempre ha impactado fuertemente la economía del país.
La política hoy, más que nunca, es un teatro mal montado y cuyo actos de corrupción y malos manejos son más descarados que nunca, la seguridad es un tema del que se habla diario en la mesa, la cafetería, los camiones, las calles; el temor a la delincuencia y el pánico social derivado de los atentados, crímenes del narco, la delincuencia juvenil, el secuestro, etc. Han generado un temor en el acontecer diario de nuestra sociedad.
La economía familiar se desgasta cada vez más y las familias sufren cada día más con la insuficiencia de los salarios ante los costos de la canasta básica y los productos necesarios.
Ante un panorama como este, es de carácter urgente que reflexionemos, propongamos y actuemos para contrarrestar los efectos de todos los acontecimientos negativos y desfavorables que enmarcan nuestro devenir.
Es necesario reflexionar sobre la dirección de nuestras propuestas, (¿en verdad proponemos algo?), reflexionar sobre las consecuencias de nuestras acciones (¿en realidad hacemos algo?), sobre lo que transmitimos hacia afuera (¿transmitimos algo?), sobre la planificación, estrategias, trabajos y acciones que debemos realizar en pro de un resurgimiento de nuestra institución y los alcances de la misma hacia el exterior.
Es necesario proponer, internamente en primer lugar, una dirección definida, un objetivo claro sobre el enfoque de nuestras reflexiones y de nuestros trabajos, proponer acciones y actividades enfocadas al correcto desenvolvimiento de nuestras ideas y creencias, proponer una revaloración de nuestros conceptos y nuestros valores, proponer una autoevaluación continua, silenciosa pero convincente y proponer un cambio de actitud hacia nosotros mismos.
Debemos actuar conforme a los valores que predicamos, actuar conforme al crecimiento personal y espiritual que obtenemos dentro de nuestros talleres, actuar portando el valor de la fraternidad como bandera, tatuado muy dentro el valor de la libertad, en nuestras palabras la igualdad como constante, debemos actuar siguiendo una inercia que creo fundamental, de adentro hacia afuera, lo que aprendemos y compartimos dentro llevarlo afuera, no a la inversa, que las practicas externas no influyan nuestras practicas internas.
La lucha por el poder (con el poder como objetivo)
Es cierto que existe una lucha constante por el poder, es una practica del hombre que esta en su naturaleza, siempre lo ha estado. A través de la historia podemos ver como esa lucha por el poder a destrozado y ha levantado pueblos con el paso de los años, de los siglos, hemos visto como una lucha por el poder bien entendida y canalizada lleva a grandes resultados, como un correcto entendimiento de las partes que se enfrascan en la lucha genera una competencia limpia pero sobre todo con un objetivo claro; el bienestar común.
La lucha por el poder dentro y fuera esta plagada de irregularidades; malos tratos, tratar de opacar al otro para resplandecer uno mismo, violentar amistades, traicionar principios, olvidar valores, calumniar al otro, tratar de avergonzarle, resaltar los errores del otro, auto exaltarse, procurar que los demás vean lo que uno hace, etc.
Todo esto se da porque no se comprende que la búsqueda del poder, de la representatividad no es el poder en si mismo, la lucha por el poder o la representatividad debe estar alimentada por la búsqueda del bien común, del bienestar social, del grupo al que se pretende guiar, representar.
Escuchar a los demás alimenta el espíritu, respetar al otro refuerza el respeto hacia uno mismo, conservar las amistades fortalece la confianza, moderar los comentarios y las acciones contra los que piensan distinto y quienes atacan otorga sabiduría y buen ejemplo.
¿Qué hacer?
Es necesario reivindicar la imagen que hacia afuera se tiene de nosotros, es necesario que la masonería retome su papel destacado en la sociedad, es necesario que recuperemos el terreno perdido allá afuera, es necesario que se levante una voz firme en medio de la palabrería actual, que se vivan valores y se fortalezca la educación, es necesario que el pensamiento liberal germine, se renueve, evolucione acorde a las necesidades sociales y políticas de la actualidad, es necesario que vigoricemos un liberalismo que en apariencia tiende a encerrarse en si mismo, es necesario que refresquemos ese liberalismo que tantos frutos y logros dio en la construcción de este país.
Para hacer esto debemos primeramente fortalecernos internamente, adoptar compromisos, debemos preguntarnos si al venir aquí lo hacemos porque creemos en lo que hacemos o si venimos como aquel que va a los templos solamente por cumplir, que repite las oraciones y los rezos como si fuesen formulas matemáticas o recetas de cocina, la auto reflexión es la mejor herramienta de crecimiento que tenemos, la palabra nuestra mejor arma, nuestros valores y nuestra hermandad el escudo, es tiempo pues, considero, de olvidar los discursos obsoletos y que se quedan encerrados en un cajón , es el momento de que nuestras palabras y reflexiones se conviertan en acciones.
S:. F:. U:.
Joel Cruz Maytorena