Fundadores de Mariano Arista

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lunes, 1 de agosto de 2011

Un héroe insurgente, liberal, poco recordado: Guadalupe Victoria


Un día 21 de marzo, en 1843, murió en Perote el más ilustre y el más puro de los insurgentes: Guadalupe Victoria.

Con ese motivo, hemos considerado oportuno obtener algunos datos poco o nada conocidos en torno al ilustre tamazulense:

Su nombre real era José Ramón Adauto Fernández Félix.

Fue diputado federal en 1822, gobernador de Veracruz de 1823 a 1824.

Presidente de México, el primero, de 1824 a 1828, el único de la época que terminó completo su período.

Nació el 30 ó 31 de agosto de 1786 en Tamazula, sobrino del cura párroco, salió rumbo a esta ciudad en busca de horizontes que sabía no tendría en su lugar de origen.

Cuando llegó a Durango fue encarcelado dos días pues lo consideraron un malviviente dados sus harapos.

Se inscribió en el seminario en donde Francisco Gandarilla certifica los estudios de retórico que por 6 meses y dos años da cátedra de filosofía.

"El infrascrito, catedrático de Retórica y Filosofía del Seminario Conciliar de Durango, certificó el curso del alumno José Miguel Fernández Feliz (sic)".

Aquí vivió dos años, por cierto ocupó un espacio que es ahora una salita pequeña del edificio central de la UJED.

Se trasladó a México en donde hizo dos bachilleratos, el equivalente entonces a dos licenciaturas: licenciado en Derecho Civil y en Derecho Canónigo.

En 1812 se unió a la causa insurgente en las filas de José María Morelos, bajo las órdenes de Hermenegildo Galeana en Oaxaca, el 25 de marzo de ese año.

Es ahí donde acuñó su frase: va mi espada en prenda, voy por ella.

De él, dice uno de sus biógrafos Carlos María Bustamante "jamás se mostró cruel ni sanguinario, era de corazón noble y su constancia en sostener la causa es inimitable".

Anécdotas: en el sur, sus tropas desertaban al parecer porque faltaban víveres.

Los reunió y les dijo: si se van porque no tienen qué comer, cómanme a mí, pero no huyan".

Este biógrafo lo describía como hombre de talla mediana, tez muy morena, cejas espesas, obscuras patillas, largo y grueso cabello negro. Su rostro era gris y repelente. Era apodado El Aguila Negra.

Dijo como gobernador de Puebla: Este uniforme que visto me lo ha concedido la patria y no el vil arribismo, la intriga rastrera ni el crimen atroz; si él me distinguió es solamente como un soldado nacional y del pueblo y no como un despiadado verdugo".

Parte de su legado: Ay de los ciegos que no ven más allá de sus contemporáneos, que no penetran al pasado y por lo mismo no podrán avizorar el futuro; si no saben lo que está detrás, no les será posible marchar hacia adelante.

El mismo día de su muerte, su viuda, María Antonia Bretón reveló que antes de exhalar el último suspiro, le dijo: te quiero, gracias por haber estado conmigo y luego gritó: "La patria se pierde".

"Lo tenía entre mis brazos, dirigió hacia mí su mirada, recargó su cabeza en mi pecho y expiró".

Su tataranieto revela en su libro "El Aguila Negra" el insulto que hicieran de sus restos los soldados gringos: profanó los restos de Victoria -no señala en dónde estaban entonces- y borrachos, los gringos abrieron el receptáculo que contenía su corazón (sus restos fueron diseminados en diversos pedacitos, pero conservados todos, por su propia petición).

Como el corazón estaba conservado en licores, apuraron éstos e hicieron "un brindis" afirmando:

Fue un caudillo porque en su época no tenía enemigos de valía. Dicen que amó a su patria sobre todas las cosas.

Si así fuera, se levantaría de su tumba para castigar nuestra osadía. Ya quisiera yo -dijo un militar estadounidense- verlo enfrentárseme, enfrentarse a los soldados colosos.

La superstición de la gente de entonces atribuye a un castigo divino la coincidente muerte de todos los soldados invasores que se mofaron del héroe.

El gran maestro, Eduardo Sánchez nos dice que no es fácil separar la militancia masónica de Guadalupe Victoria con su quehacer político dado que en esa época estaba estrechamente vinculado como se explica más adelante. Guadalupe Victoria habría sido iniciado masón el 30 de septiembre de 1825 en una logia de la que se desconoce el nombre y la ubicación exacta, existen dos versiones, una dice que fue iniciado en la Logia Aguila Negra fundadora del Rito de York en México, otras versiones lo ubican dentro de una logia rito Escocés el cual abandonaría posteriormente para fundar la mencionada logia yorkina, con el tiempo fue venerable maestro de alguna de las logias del rito de York y finalmente fue Gran Maestro de la Gran Logia Nacional Mexicana del mismo rito.

Guadalupe Victoria atendiendo a su formación masónica se caracterizó por los aportes e innovaciones en materia política y social a nuestra nación, en primer lugar llevó a cabo una serie de reformas pensadas para mejorar la administración del país, centralizó los impuestos federales creando la Tesorería General de la Nación, mandó abrir nuevos puertos a fin de incrementar las recaudaciones aduanales, creó la Junta de Instrucción Pública es decir instauró la educación pública, creó la Suprema Corte de Justicia Federal, las bases de un museo nacional que concentraría los testimonios de la historia del país y su patrimonio artístico y arqueológico.

Durante la presidencia de Guadalupe Victoria estuvieron en boga las Logias Masónicas, el propio presidente pertenecía a la logia Aguila Negra del Rito de York, bajo su presidencia las logias jugaron el papel de los partidos políticos pues en esa época estos no existían.

Formadas por una pequeña parte de la población, principalmente clases medias, alto clero (sí, la ruptura de la masonería con el clero vendría después) y militares, las logias fueron traídas por liberales españoles a finales de la época virreinal. Tras la independencia fueron dos los ritos más importantes el escocés y el Yorkino.

El Rito Escocés tenía sus orígenes en la oposición contra Agustín de Iturbide y en gran medida, fue el causante de la caída del emperador. Al restablecerse la República los escoceses se convirtieron en los máximos representantes del centralismo y por ende agrupaban también a la mayoría de los españoles radicados en México.

Para contrarrestar lo anterior Guadalupe Victoria y otros federalistas instauraron el rito Yorkino. A diferencia de su antagonista, la logia Yorkina agrupaba a una gran gama de representantes de los diversos sectores sociales; diputados, miembros del gabinete del presidente, gobernadores, comerciantes y gente del pueblo en general. Las reuniones del grupo se convirtieron en mítines demagógicos en, los que se hablaba de la formación de una sociedad más homogénea, de hispanofobia y de anticlericalismo.

En su biografía, inscrita por sí mismo, así como en las de Enrique Serna y Rafael F. Muñoz, Santana se refiere al durangueño como el único insurgente que le merece respeto por su capacidad, su valentía, su consistencia y su honestidad.

Lo llamaba "El General Cuevitas" porque cuando la insurgencia palidecía, Victoria se refugió en la selva veracruzana y vivía de hierbas y se cubría con harapos.

El dictador narra en su misma biografía que lo tuvo a tiro para capturarlo o matarlo, pero lo conmovió a Santana, -fíjese- su actitud tan firme.

Le ofreció el armisticio si se sumaba a la causa realista.

Victoria le habría contestado, dígale al virrey que lo invito a sumarse a mi causa.

Su asunción a la presidencia lo revela como un gran estadista. Es entonces cuando acuña otra de sus frases célebres "la independencia se afianza con mi sangre y la libertad se perderá con mi vida".

Leer su discurso de toma de posesión, es leer el de un contemporáneo. Salvo la declaratoria del catolicismo como religión única "en ese tiempo no había separación entre iglesia y masonería", ya nos lo señaló Eduardo Andrade, lo demás es de época, libertad de expresión, que los partidos trabajen desde el poder olvidándose que son partido y pensando sólo en el bien común, se disculpa por la imperiosa necesidad de recurrir a los empréstitos para sostener el erario, la separación de poderes, la libertad de los mexicanos, las garantías que sólo pueden ser socavadas cuando atentan contra la libertad de un tercero.

Su manifiesto está fechado: México, 10 de octubre de 1824, 3 de libertad y 2 de República Federal.

Estos datos fueron obtenidos de diversas fuentes bibliográficas: además de las historias de Santana, la biografía de Guadalupe Victoria editada por el Congreso del Estado y "El Aguila Negra" libro de su tataranieto Luis Armando Victoria Santamaría.