Por: Javier Rodriguez.
La historia de México está de fiesta. Hace 219 años, el 17 de diciembre de 1790, se dio uno de los hallazgos más importantes en el reconocimiento de la historia nacional.
Fue durante una excavación para nivelar y enlosar la Plaza Mayor del Centro de la ciudad, que un grupo de constructores encontraron la Piedra del Sol, o también llamado Calendario Azteca, una de las piezas más emblemáticas de la cultura prehispánica.
Este monolito fue un elemento clave para dar inicio a un redescubrimiento de los orígenes del país, que habían sido prácticamente enterrados durante casi 300 años, luego de la conquista española.
La Piedra del Sol fue empotrada en una de las torres de la Catedral para ser vista por el público entre 1790 y 1885. Después, en pleno apogeo del hallazgo de cientos de sitios arqueológicos, fue trasladada por órdenes de Porfirio Díaz al Museo Nacional sobre la calle de Moneda, en el salón de los Monolitos.
En 1964 encontró su residencia actual: la Sala Mexica del Museo Nacional de Antropología.
El Calendario Azteca es una pieza monolítica con un peso de más de 22 toneladas, está labrada en basalto de olivina y tiene un diámetro de más de 3.22 metros.
No se sabe con exactitud cuando fue labrada. Sin embargo, en la parte superior de la piedra muestra el número 13-Caña, equivalente al 1479 de nuestra era. Esa fue la fecha en que los mexicas situaron el nacimiento del Quinto Sol en Teotihuacan, además del gobierno de Axayácatl.
A decir de especialistas del INAH, la Piedra del Sol tuvo un uso en posición horizontal —no vertical como ahora se exhibe—, y servía como recipiente del corazón y la sangre del guerrero vencido, quien era sacrificado como ofrenda para el renacimiento diario del sol. Con motivo del aniversario del hallazgo de esta importante pieza arqueológica, Google, el buscador de internet más importante del mundo, le dedica este jueves su logotipo, rindiendo homenaje a esta emblemática escultura mexica.
