México, 26 Oct. (Notimex).- Tras la revuelta que dejó la Guerra de Independencia (1810-1821) en México, la masonería tuvo su mayor época de gloria al lograr infiltrarse en los distintos grupos militares que buscaban el poder, como fue el caso de las neoyorquinas y las escocesas, explicó el escritor e investigador José Luis Trueba Lara.
Al hablar de su más reciente novela histórica "La conspiración", en donde aborda la presencia de la masonería en México durante los primeros 20 años del siglo XIX, el también periodista señaló como surgen estas dos grandes logias que a su vez dieron paso a sendos grupos (los liberales, monárquicos y los conservadores) que marcaron el resto del siglo XIX.
De manera novelada, el autor despliega cómo estos grupos a través de una educación política fueron teniendo nexos con los caudillos de la época, como Vicente Guerrero, Nicolás Bravo, Agustín de Iturbide y Antonio López de Santa Anna, quienes son los protagonistas de su libro.
Estas logias, dijo en entrevista con Notimex, cobraron una gran importancia en la historia de México, pues son los que van a tener la educación política en un momento en que no se sabía qué rumbo debería tomar el país: si el de la monarquía, la república o el del federalismo.
Además de que los estadounidenses querían adquirir el norte de México, los españoles continuaban en San Juan de Ulúa y los ingleses también pretendían entrar al país, comentó Trueba Lara.
A partir de esa disyuntiva los masones comienzan a obtienen espacios secretos para negociar lo que no podían hacer en público, indicó, era un lugar donde ellos se podrían vincular con otros grupos similares.
De esta manera, agregó, muchos caudillos comenzaron a moverse y a fundar las primeras logias masónicas de México, algunos apoyados por la estadounidense, otros por los ingleses y el fin de todo era tomar el poder del país mediante golpes de Estado, pues hay que recordar que predominaban estos grupos militares.
Así, en la novela Trueba Lara da cuenta de las distintas conspiraciones que surgieron en el país una vez concluida la Guerra de Independencia, como la de Santa Anna y la de los escoceses que logran derrocar a Agustín de Iturbide.
Son varias conspiraciones que van ocurriendo dentro de la novela, reiteró, algunas de ellas lograrán su objetivo como la derrota de Iturbide y otras terminarán siendo derrotadas por sus contrarios, pero son conspiraciones siempre para tomar el poder.
"Aquella fue su época de gloria pues no había partidos políticos, estas sociedades secretas fungían como una organización casi partidista y por supuesto que no eran solo una idea electoral eran una opción militar, por eso tanto golpe de Estado por eso tanta guerra", enfatizó.
En la actualidad, dijo, la presencia de la masonería en el país se ha reducido a grupos de apoyo social para algunas comunidades, han perdido su fuerza por una razón muy simple: en el siglo XIX la política la hacían minorías, es decir era los caciques los que las conformaban y las que controlaban todo apoyados por los masones en sociedades secretas.
Hoy, continuó, la política es un asunto de mayorías donde están involucrados más grupos sociales donde ya no existen esas fuerzas secretas masónicas, ni de cualquier otra índole.
Entonces, concluyó, la historia de la masonería en México, atravesó por tres momentos difíciles: el primero fue cuando Porfirio Díaz convocó a la gran logia masónica para arrebatarles el poder; el segundo durante la Revolución y la tercera con el surgimiento de las mayorías políticas de tal suerte que acabó convirtiéndose en una curiosidad menor que su política.