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jueves, 5 de mayo de 2011
149 Aniversario de la Batalla de Puebla
Al concluir la Guerra de Reforma y quedar instaurado el gobierno republicano de Benito Juárez, la deuda externa de México ascendía a más de 82 millones de pesos. En julio de 1861, Juárez decretó la suspensión del pago de dicha deuda por dos años; ésta fue una de las causas por las que Francia rompió sus relaciones diplomáticas con México y lo intervino militarmente.
La Batalla de Puebla simboliza el espíritu de lucha y el amor a la independencia que caracteriza el pueblo mexicano. Como resultado de esta batalla los franceses se organizaron, trayendo mas soldados y por fin ocuparon la cuidad de México, y instalando a Maximiliano y Carlota como emperadores mexicanos. El presidente Juárez, considerado como uno de los héroes más destacados en la historia de México, continuó la lucha y pudo conseguir bastante apoyo del presidente Abraham Lincoln. Con el tiempo, los franceses se fastidiaron de la guerra constante y costosa y se retiraron de México. Maximiliano decidió permanecer en México y luego fue capturado y ejecutado por el ejército mexicano.
En abril, españoles e ingleses aceptaron dialogar con las autoridades mexicanas y desistieron de sus propósitos intervencionistas, no así los franceses, quienes invadieron el territorio nacional. Sin embargo, tras haber enfrentado pequeñas escaramuzas en El Fortín y en Acultzingo el 19 y el 28 de abril, respectivamente, el 5 de mayo, el ejército de zuavos, al mando del general Carlos Fernando Latrille.
Laurencez creía fácil vencer al ejercito mexicano, por lo que, sin previa declaración de guerra y sin tomar las precauciones necesarias, ordenó el asalto a los fuertes de Loreto y Guadalupe, que defendían la ciudad de Puebla. El general Ignacio Zaragoza, al mando del ejercito mexicano compuesto de 4, mil 800 hombres, se fortificó en la ciudad de puebla para detener el avance del ejercito invasor que fue rechazado con grandes pérdidas al intentar repetidas veces tomar las fortificaciones, teniendo al fin que abandonar el campo y retirarse vencidos y perseguidos por la caballería mexicana. La noticia del triunfo de las armas republicanas en Puebla llenó de entusiasmo a todo el país; sin embargo, si militarmente la batalla del 5 de mayo no detuvo el avance del ejercito francés; moralmente levantó a la República del concepto de desánimo y cobardía en que sus enemigos la suponían hundida. La injusta intervención francesa despertó grandes simpatías por la causa de México en toda América y en los sectores liberales europeos; la prensa española, inglesa y francesa censuraba a Napoleón y abogaba por el retiro de las tropas invasoras.
Hay dos importantes razones en el gran significado que tuvo la batalla de Puebla por México. Por un lado, el frente unido de la población mexicana, reforzó la identidad nacional. Por otra parte, la experiencia de la invasión francesa contribuyó a definir algunos de los principios fundamentales de la política exterior de México, vigentes en las relaciones internacionales:
• El respeto por la soberanía y la integridad territorial.
• La no agresión.
• La no interferencia en los asuntos internos de otros estados
• La conciliación de diferencias a través de la negociación y no a través de la fuerza, y
• La coexistencia pacifica.
Terminada la batalla, el enemigo contabilizaba 476 muertos y 345 heridos; por su parte, los defensores nacionales tuvieron 83 bajas y alrededor de 130 heridos. Más tarde, el general Ignacio Zaragoza haría llegar su histórico mensaje al Presidente Juárez: "...Las armas nacionales se han cubierto de gloria. La armada francesa se batió con enorme valor; su general en jefe demostró torpeza en el ataque".
Hoy en día, el Cinco de Mayo es celebrado por todo el país. Estas celebraciones deberían ser ocasiones para recuerdar unos de los momentos críticos de la historia mexicana, las contribuciones de la comunidad, y sentir orgullo en la cultura mexicana.
Ignacio Zaragoza, Defensor de la patria frente a la intervención extranjera. Nació en 1829 en Bahía del Espíritu Santo, Tejas, territorio de México en ese tiempo. Realizó sus estudios básicos en Matamoros y en el Seminario de Monterrey. En 1853 ingresó a la Guardia Nacional de Nuevo León; posteriormente, se sumó a la lucha contra la dictadura de Antonio López de Santa Anna. Como general, se distinguió por su lealtad a la República. Entre abril y diciembre de 1861 se desempeñó como ministro de Guerra y Marina del Presidente Juárez; más tarde renunciaría a esta responsabilidad para hacerse cargo de un destacamento armado que enfrentó a los invasores franceses.
El 28 de abril de 1862 intervino en la batalla de Acultzingo y, más adelante, Benito Juárez le encargó el mando del Ejército de Oriente para repeler a las tropas imperialistas de Napoleón III. El 5 de mayo rechazó el avance de los invasores extranjeros, quienes pretendían tomar la ciudad de Puebla. Meses después, el 8 de septiembre, a la edad de 33 años, murió en la ciudad de Puebla a causa de la fiebre tifoidea.
Fuente: Familia Virtual.