Fundadores de Mariano Arista

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lunes, 7 de octubre de 2013

Un mendocino lidera a los masones de América Latina

Con una sonrisa enigmática, Daniel De Lucía sostiene que las logias masónicas no son misteriosas, simplemente “discretas”. “La masonería es una escuela de personas”, lanza y luego detalla que se busca producir en el iniciado -a través de alegorías, símbolos y señales- un cambio de conciencia.
 
Sin embargo, cuando se le pregunta de qué manera se intenta lograr esa modificación, afirma que para conocer esto es necesario “iniciarse”. 

De Lucía es, desde hace más de 20 años, masón. Y fue designado en el reciente VII Coloquio y Asamblea General de la Confederación Interamericana de Masonería Simbólica -que se desarrolló en Mendoza la semana pasada-, como presidente de la Cimas hasta 2015.
 
Esto significa que un mendocino tendrá a su cargo la tarea de representar a las diversas organizaciones masónicas de América Latina y el Caribe. 

El dato es más relevante si se tiene en cuenta que recién en el año 2000 las logias locales, que hasta entonces estaban nucleadas en la Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones, se unieron en una organización propia. 

Así nació el Gran Oriente Federal de la República Argentina, que reúne a nueve grupos mendocinos. De Lucía señala que quisieron romper con el principio centralista y, también, dar un mayor espacio para la participación de la mujer, ya que en la agrupación nacional sólo puede integrar ámbitos secundarios y aislados. 

Daniel De Lucía cuenta, sobre cómo se sumó a la masonería, que lo invitaron a participar de una logia hace muchos años y que al principio tenía ciertas reservas. 

Es que esta actividad ha sido asociada a diversos mitos, como que sus integrantes practican ritos satánicos y han elaborado planes para dominar el mundo. Sin embargo, lo atrajo la idea de que personajes como José de San Martín y Manuel Belgrano habían sido masones.

El secreto que rodea a la institución y el hecho de que compartan símbolos y ciertas ceremonias -como el ritual de iniciación- han favorecido la construcción de diversas historias en torno a la masonería. 

Pero De Lucía subraya que muchas instituciones podrían servirse de este tipo de discreción y que el hecho de que no se mencione a otros masones es una cuestión de respeto: cada uno puede asumir que lo es.

Adogmática y liberal
En la página web del Gran Oriente Federal de la República Argentina se lee que “la masonería es una institución filosófica, fundada en el respeto y orientada a la elevación constante de las personas y de sus culturas”. 

Daniel De Lucía, abogado de profesión, destaca que la confraternidad brinda herramientas para que cada persona se transforme a sí mismo; y se reafirme como un ser libre, inclusivo y tolerante. 

También plantea que es “adogmática y liberal”, y que la integran personas de diversos credos religiosos y afiliación a partidos políticos. Uno de los objetivos de la institución es “educar en valores”, algo que considera que hoy ha adquirido una relevancia muy particular. Esto, porque asegura que, para generar un cambio, es necesario que las instituciones estén integradas por individuos virtuosos. 

Pero a su vez, quienes se suman a la hermandad (ya sea por voluntad personal o porque son invitados) deben responder a un cierto perfil. Básicamente, tienen que ser libre pensadores y destacarse por sus virtudes. En Mendoza, actualmente -comentó De Lucía- el trabajo está concentrado en favorecer este libre pensamiento y el laicicismo, con una fuerte apuesta a intentar acercar a los jóvenes. 

“Nunca se debe dejar de trabajar en uno mismo, en el propio perfeccionamiento, por eso consideramos que siempre somos aprendices”, concluye.

Fuente: Agencias.