Fundadores de Mariano Arista

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domingo, 10 de noviembre de 2013

Muerte y bioética centran los debates de 200 masones de trece países


La muerte y la bioética vertebrarán hoy en Valencia dos reuniones masónicas a las que asistirán doscientos iniciados de 13 paises del mundo para celebrar lo que ellos denominan Convento anual y que en román paladino se puede traducir como asamblea de socios un poco peculiares, ya que dedican sus esfuerzos a cultivarse en el estudio de textos filosóficos para ser mejores personas y loables ciudadanos. 

Las charlas se celebrarán a puerta cerrada aunque ya anticipan que una de las exposiciones, la que habla de la masonería como faro de vida y muerte, recordará cómo debe situarse una persona ante el acto final de su vida.

"Para nosotros no es enfrentarse a la muerte porque tenemos un sentido más trascendente de lo que es la muerte al creer que hay algo más allá", declara a Levante-EMV Jesús Soriano Carrillo, geólogo y máximo representante en España del Supremo Consejo del Grado 33 que él mismo define como: "una organización masónica que se ocupa de los grados filosóficos del rito escocés antiguo y aceptado", por el que rigen sus ceremonias que data de 1815-1830.

Además de no temer a la muerte, los masones aseguran que intentan estar al día en sus trabajos de ética y bioética y que la labor que realizan la proyectan en dos direcciones: hacia el interior de su persona y hacia el entorno social. "Instruimos a los ciudadanos en la obligación de pagar sus impuestos; sí, aunque suene raro, trasmitimos la necesidad de pagar impuestos, y también reclamamos una educación y que el poder militar esté supeditado al poder civil", precisa el presidente de la organización. 

Por la tarde y para asistir a las dos tenidas (reuniones masónicas), los iniciados acudirán ataviados con toda su simbología: guantes de color según el grado que ostente cada uno (salvo el blanco que se reserva para los tres primeros de aprendiz, compañero y maestro), mandiles con alegorías, bandas y veneras.

Las ceremonias también se celebrarán a puerta cerrada. La primera congregará a masones de Portugal y España de la itinerante logia Iberia y se guiará con un protocolo muy estricto y un orden de entrada muy riguroso: de los más jóvenes a los más mayores. La segunda será la "Tenida Magna". 
Como sus antepasados Joaquín Sorolla, Vicente Blasco Ibáñez y Tomás Bretón, los masones actuales afirman que pertenecer a una obediencia es "un camino de perfeccionamiento". "Una espiritualidad laica", apunta el Soberano Gran Comendador que indica que uno de los requisitos que se exige para ser masón es creer en el Gran Arquitecto del Universo, "una creencia -precisa- que cada uno ejerce según su conciencia, porque somos aconfesionales".

La Comunitat Valenciana es especialmente rica en tradición masónica. En estos momentos, en Valencia existe tres logias pertenecientes a la masonería regula y filosófica del Supremo Consejo del Grado 33: la Capitular de Perfección que acoge a los iniciados que se encuentran entre los grados 4 y 14; el denominado Capítulo Rosacruz en el que militan los masones de los grados 15 y 18 y el Consejo de Caballeros Kadosh, que abarca los que se encuentran entre los grados 19 y 30. Cada grado es un peldaño en el conocimiento de si mismo y de los textos masónicos. En las tres logias militan cuarenta masones. El Alicante, a su vez, existen las dos primeras y acogen a 30 iniciados. 

Un masón que opte por la obediencia regular (la masculina que se rige por el rito escocés antiguo y aceptados) ingresa primeramente en la Gran Logia de España que abarca los tres primeros grados de aprendiz, compañero y maestro. En la Comunitat Valenciana existen también masones de la obediencia irregular, que admiten a mujeres como iguales en sus logias.

Fuente: Agencias.