Durante muchos años, en particular durante la época franquista cuando fue tan perseguida, la masonería ha sido objeto de graves acusaciones que han dicho de esta corriente que era sospechosa de herejía y enemiga de la Iglesia, que era secreta y poco transparente porque en ella se practicaban ritos extraños, y que sus miembros son los que controlan los grandes organismos y gobiernos para ir en contra de los intereses generales.
Nada más lejos de la realidad. No en vano, como explica Luis Montes, el que ha sido durante tres mandatos venerable maestro de la Logia La Constitución número 63, la única que hasta el momento existía en la provincia dentro de la masonería regular, «la condición principal para ser admitido y permanecer como masón regular es la fe en un Ser Supremo (sea de la religión que sea), y dan igual la raza o religión, pero que debe ser un hombre libre, de buenas costumbres y tenga buen nombre».
Durante muchos siglos, esos requisitos los han cumplido hombres ilustres como los políticos e ideólogos George Washington, Winston Churchill o Gandhi; intelectuales como Ramón y Cajal o Antonio Machado;o artistas como Nat King Cole, Peter Sellers, John Wayne e incluso el muy familiar y conocido Mario Moreno ‘Cantinflas’. Incluso hombres de estado con la importancia del Duque de Edimburgo, marido de la reina de Inglaterra, pertenecen a esta corriente.
Y también hacen gala de esas virtudes los varios centenares de masones que el próximo sábado día 18 se darán cita en la provincia para celebrar el Gran Cónclave de la Gran Logia de España, una cita anual con la que cierran el año masónico –que como el año escolar va de septiembre a junio–, a la que no faltará el Gran Maestro de España, Óscar de Alfonso Ortega, y que tendrá lugar en el majestuoso Monasterio de La Victoria de El Puerto.
Es precisamente en esta ciudad donde tiene su sede física la que hasta ahora era la única agrupación masónica que existía en la provincia de Cádiz, la Respetable Logia La Constitución número 63 que nació en octubre del año 1992.
Este templo, como llaman los masones a estas instituciones, recuperaba la tradición masónica que siempre ha estado presente en la historia de la provincia durante más de 200 años. Cádiz, cuna del comercio con América y puerto de paso fue un crisol donde prendió la mecha esta práctica que tuvo multitud de logias y masones. De hecho, como se pone de relieve en la historia de la logia La Constitución, la primera noticia documentada que se tiene en Cádiz de un masón es en el año 1777.
Por eso, no es de extrañar que la masonería siga dando pasos y haciéndose fuerte en la provincia, lo que demuestra el hecho de que este mismo sábado se vaya a inaugurar en esta zona una nueva agrupación que como la anterior tendrá carácter provincial, aunque sede en El Puerto, y que tendrá el evocador nombre de Obreros de Hirám número 24, recordando al que fue diseñador del templo del rey Salomón, uno de los más importantes símbolos de esta corriente.
El levantamiento de las columnas de la nueva logia se celebrará en la tarde del sábado, después de la celebración del Gran Cónclave de la Gran Logia de España, la principal de España con más de 150 agrupaciones y 2.300 miembros, y la única de nuestro país reconocida por las principales obediencias masónicas internacionales (como la Gran Logia Unida de Inglaterra o la Gran Logia Nacional Francesa).
Esta serie de actos traen a la memoria la Gran Asamblea que se celebró ya en el año 2003 en el Hotel Guadalete de Jerez con presencia incluso de importantes masones internacionales, o la Tenida Blanca (asamblea abierta a familiares y amigos) que la logia La Constitución organizó en el año 2008.
Los símbolos
Fue en esa última de El Puerto donde algunos profanos tuvieron una gran oportunidad de acercarse a esta corriente cuyo nombre viene del francés ‘maçon’, que significa albañil, y que nació de aquellos antiguos picapedreros o constructores de catedrales que se juntaban por gremios y que tan bien describió el novelista Ken Follet en best-sellers como ‘Los pilares de la Tierra’.
Hoy en día, los masones quieren ser como esos albañiles y constructores, pero desde un punto de vista filosófico, y forman parte de instituciones como la Masonería Regular, la que defiende la Gran Logia de España y que no admite mujeres entre sus filas –hay otras mixtas–, que tiene un fuerte carácter moral, una finalidad ética y un instrumental simbólico, un lenguaje, emblemas, atributos y ritos básicos.
Por poner un ejemplo, símbolos como la escuadra sirven para regular las acciones; el compás, para mantenerse en los límites con todos los hombres; el delantal habla del trabajo, que con su blancura indica el candor de las costumbres y la igualdad; y los guantes blancos que recuerdan al francmasón que no debe jamás mancharse las manos con el materialismo.
Fuente: La Voz Digital.