Fundadores de Mariano Arista

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martes, 23 de abril de 2013

El libro que devela el origen y valor de la masonería serenense


Aunque se dice que fueron cinco años de investigación, en concreto se trata de mucho más tiempo de trabajo y dedicación. Nos referimos al libro “Luz y Esperanza de La Serena: Apuntes para una historia”,del destacado serenense Eliseo Barboza, que se inmiscuyó en la historia y orígenes de esta institución en la capital regional, los que se vinculan no sólo en el contexto de la ciudad y el Norte Chico, sino también en el marco de la formación misma de los orígenes del país.
Este libro será lanzado el viernes 26 de abril, a las 12:00 horas, en el salón Gabriel González Videla de la intendencia regional, y contará con la presencia del gran maestro de la Gran Logia de Chile, Luis Riveros Cornejo, exrector de la Universidad de Chile, que en conversación con El Día en 2012 valoró el aporte de la Logia “Luz y Esperanza” como institución en el desarrollo de La Serena y la región en general. “Para nadie es un misterio el origen de la Escuela Normal, de la sede de la Universidad de Chile que estuvo vinculada a la acción de masones, que vieron a la educación como una necesidad para promover el desarrollo técnico y cultural. Siempre he visto a La Serena como un ícono de la masonería en el desarrollo y promoción de la cultura y la educación”
“Luz y Esperanza” está próxima a cumplir 139 años -fue fundada el 5 de junio de 1874 por José Corominas- y su génesis está vinculada directamente a Copiapó, como nos comentó el propio Barboza.“De la Logia ‘Orden y Libertad’ de Copiapó, que ya existía en 1858, surge la masonería en La Serena, gracias a líderes como la familia Floto, propietaria de la cervecería Floto, ubicada en calle Brasil. ‘Orden y Libertad’ participó directamente en la fundación de la Gran Logia de Chile, el 24 de mayo de 1862”, comentó.
El libro también relata hechos históricos que convulsionaron a la ciudad de La Serena y al país en los albores de la patria. “Muchos participaron de la Revolución de 1851 y 1858, y en la fundación de escuelas, liceos y universidades. Entre las entidades se cuenta a la Sociedad de Artesanos y la Sociedad José Corominas”, explicó Barboza.
El proyecto también cuenta con un capítulo especial, donde se relata el importante apoyo de la masonería en la formación de Gabriela Mistral, además del respaldo de Gabriel González Videla, Hijo Ilustre de La Serena, expresidente de Chile y reconocido masón en la postulación de la poetisa al Premio Nobel de Literatura, pese a las diferencias de la hija de Montegrande con la masonería.
Estos y otros antecedentes fueron comentados por Barboza, quien se refirió a la importancia de una investigación que es amplia. “Hace cerca de 9 años se solicitó a las logias masónicas más antiguas del país que comenzaran con una recopilación histórica de cada una, de manera de elaborar un solo texto a nivel nacional. En esa síntesis está la nuestra, que es, sin duda, una de las más antiguas de Chile, la única logia que no ha dejado de funcionar y que se fundó cinco años antes de la Guerra del Pacífico”.
-¿Cómo se vincula a la Logia Luz y Esperanza con este conflicto bélico?
“En ese tiempo, La Serena formaba parte del extremo norte del país, porque llegábamos hasta el paralelo 22, al norte de Copiapó, donde comienza el desierto de Atacama. En consecuencia, estamos hablando de una logia que junto a la de Copiapó ‘Orden y Libertad’, estaba conformada por profesionales, técnicos, comerciantes e intelectuales de esa época, en el contexto de un país donde sólo un 20% de los chilenos tenía estudios suficientes para saber leer y escribir. Además, los medios de comunicación eran más precarios, y si se quería ir hasta Copiapó, se debía viajar en barco desde el puerto de Coquimbo. Todo esto se relata directa e indirectamente en el libro, donde hay miembros de la masonería que fueron a la Guerra del Pacífico, como Francisco Machuca, que fue oficial de Ejército y el primer corresponsal de guerra que tuvo Chile. Él mandaba despachos a diarios de la época como El Coquimbo y medios de comunicación muy elementales que tenía el Obispado de La Serena, lo que está registrado en el libro, en tiempos donde habían serias diferencias de la masonería con la I7glesia”.
¿Qué documentación valiosa podemos encontrar en este libro?
“Hay cartas manuscritas que se enviaban desde la Guerra del Pacífico a La Serena, como una que manda el comandante en jefe de las fuerzas chilenas que ocuparon Lima, de cuatro páginas, y que se envió a la intendencia de Coquimbo, donde se relata el valor de la acción del Batallón Coquimbo, la que replico en el libro y que se perdió, pero por suerte yo contaba con una copia”.
-Hay una relación interesante con Gabriela Mistral, que fue apoyada por masones, con los que después mostró serias diferencias.
“En el libro está planteada la tesis de que laicos o masones la respaldaron. Sin embargo, Gabriela Mistral terminó escribiendo en contra de la masonería, a partir de un pensamiento, equivocado en mi opinión, de que eran nuestros hermanos los que la perseguían. Esto se demuestra, porque ella nombra a una serie de personas que la apoyaron en Chile y el extranjero, como Bernardo Ossandón Álvarez o el propio Gabriel González Videla, que fue embajador en Europa y que recibió la orden del Presidente Pedro Aguirre Cerda para iniciar los trámites para que la postularan al Premio Nobel, lo que Gabriela Mistral desconocía”.
EN LA ACTUALIDAD. Aunque existen diversas personalidades que son masones en nuestra región, Eliseo Barboza ratifica, incluso en el libro, de la prohibición de dar a conocer la participación en esta entidad de otros. “Si alguien quiere descubrir que es masón, tiene todo el derecho a hacerlo, y sus hermanos no pueden dar a conocer la identidad de quien lo es, por razones históricas ya que existen persecuciones históricas”, aseguró.
Con respecto al nombre “Luz y Esperanza”, el autor del libro entregó su propia interpretación. “Nosotros le llamamos la luz al conocimiento, a partir de una conciencia libre, a diferencia de quien elabora una estructura de pensamiento que le permite creer en algo superior a él. Nosotros no nos involucramos en la conciencia de un individuo; en cambio, los dogmas son directrices que no obedecen a la razón humana, donde la persona tiene que admitir su creencia, y ahí está la gran diferencia con los laicos. La luz es ese conocimiento que nos permite llegar a la libertad de conciencia. La esperanza también tiene su interpretación, ya que quien tiene conocimiento tiene la esperanza de una mejor vida presente y futura, por lo que se explica que muchos hermanos masones hayan tenido participación en la conformación de la Universidad de La Serena, como Juan Gómez Millas”. 
Fuente: Agencias.