Fundadores de Mariano Arista

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lunes, 12 de mayo de 2014

Los que critican lo hacen por ignorancia...


En su paso por Santiago, el Gran Maestre de la Gran Logia Argentina Libres y Aceptados Masones, Jorge Clavero manifestó públicamente que “los  que critican lo hacen por ignorancia” y que “la masonería no tiene ningún tipo de conflictos con la religión”. Además se declaró católico.

 Recientemente, el Papa Francisco ordenó la expulsión del sacerdote Pascal Vesin,  párroco de Sainte-Anne d´Arly-Montjoie, en Megève (Francia), por su reiterada negativa a abandonar la masonería. El comunicado de la Santa Sede es claro: recayó sobre el párroco una excomunión temporal, con prohibición de recibir los sacramentos y la suspensión de todas sus funciones sacerdotales.

La Diócesis, por su parte, indicó que “a Vesin se le levantará la pena en cuanto manifieste claramente su decisión de volver a la Iglesia y abandonar la masonería”. El episodio, severo, parece indicar lo contrario a lo sentenciado por Clavero para descalificar públicamente a los “ignorantes” que emiten críticas.
 
Profundizando, la historia de la Iglesia a través de sus documentos también parece afirmar lo contrario a lo predicado por el Gran Maestre. 
 
“Incurren en excomunión”
 El 20 de febrero de 1959, el Episcopado Argentino en una reunión plenaria sobre la Masonería emitió un extenso documento en el que asevera, entre otras cosas que “se siente en la obligación de hacer una pública declaración en cumplimiento de la recomendación de S.S. León XIII: ‘Lo primero que procuraréis hacer será arrancar a los masones sus máscaras para que sean conocidos tales cuales son’ (Encíclica Humanum Genus)”.

En relación a lo que denominaron “conjuración satánica que se cernía sobre la humanidad”, los obispos de todo el país recordaron que el Código de Derecho Canónico señala que: “Los que dan su nombre a la secta masónica o a otras asociaciones del mismo género incurren en excomunión” (Canon 2335).
 
Asimismo, el 24 de julio de 1958 el papa Pío XII señaló como “raíces de la apostasía moderna el ateísmo científico, el materialismo dialéctico, el racionalismo, el laicismo, y la masonería, madre común de todas ellas ”.
 El inmortal Pontífice León XIII, en la carta Encíclica “Humanum Genus” —condenatoria de la masonería— afirma que “hay varias sectas que si bien diferentes en nombre, forma y origen se hallan sin embargo unidas entre sí por cierta comunión de propósitos y afinidad entre sus opiniones capitales, concordando de hecho con la secta masónica: especie de centro de donde todas ellas salen y adonde todas vuelven”.

 Finalmente, los prelados emiten diversas recomendaciones. “Todo argentino, pero principalmente la juventud, debe saber que Catolicismo y Masonería son términos que se contradicen y excluyen absolutamente como el Cristo y el Anticristo. Y también debe saber que el liberalismo o laicismo, en todas sus formas constituyen la expresión ideológica propia de la masonería”, rubrican y agregan que “lo que mueve toda la acción de la masonería es, en última instancia, el odio a Cristo y a todo lo que lleva su nombre. Su objetivo final es la destrucción de lo católico”.

San Juan Pablo II
 Ya en los 80, específicamente el 26 de noviembre de 1983,  el sumo Pontífice Juan Pablo II, en un documento firmado también por el  papa emérito Benedicto XVI realizó una declaración sobre desde la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe.

El texto declara lo siguiente:  “Se ha solicitado que se altere el juicio de la Iglesia sobre la masonería por el hecho de que en el nuevo Código de Derecho Canónico no se hace mención explícita de ésta, tal como se hacía en el código anterior. Tal circunstancia se ha debido a un criterio redaccional seguido también para las otras asociaciones igualmente no mencionadas por el hecho de estar incluidas en categorías más amplias.

 “Se mantiene, por tanto, inmutable el juicio negativo de la Iglesia respecto a las asociaciones masónicas, ya que sus principios han sido considerados siempre inconciliables con la doctrina de la Iglesia y por ello la adscripción a las mismas permanece prohibida. Los fieles que pertenecen a las asociaciones masónicas están en estado de pecado grave y no pueden acceder a la Santa Comunión”, dictamina el texto firmado por el Santo Papa y el entonces prefecto de la fe, Joseph Ratzinger.

Más de 200 veces
 Desde los inicios de la Masonería moderna (1717) hasta nuestros tiempos, la Iglesia ha condenado en más de 200 documentos este movimiento. En todos ellos se condena la Masonería como contraria a la Justicia y a la moral natural, así como supone una esclavitud, una inmoralidad, una traición y una apostasía.
 Estos son sólo algunos de ellos:

Documentos
- “Inamienti”, del papa Clemente XII, 28 de abril de 1738.
- “Providas”, del papa Benedicto XIV, 18 de mayo de 1751.
- “Ecclesiam”, del papa Pío VII, 13 de septiembre de 1821.
- “Quo Graviora”, del papa León XII, 13 de marzo de 1825.
- “Apostolicae Sedis”, del papa Pío IX, 12 de octubre de 1869.
- “Declaración Sagrada Congregación para la Fe”, 17 de febrero de 1981. Pontificado del papa Juan Pablo II.
- “Declaración Sagrada Congregación para la Fe”, 23 noviembre de 1983. Pontificado del papa Juan Pablo II.

Encíclicas
- “Traditi”, del papa Pío VIII, 21 de mayo de 1829.
- “Mirari vos”, del papa Gregorio XVI, 15 de agosto de 1832.
- “Qui Pluribus”, del papa Pío IX, 9 de noviembre de 1846.
- “Quanta Cura”, del papa Pío IX, 8 de diciembre de 1864.
- “Etsi Multa”, del papa Pío IX, 21 de noviembre de 1873.
- “Diuturnum Illud”, del papa León XIII, 1881
- “Etsi Nos”, del papa León XIII, 15 de febrero de 1882.
- “Humanum Genus”, del papa León XIII, 20 de abril de 1884.
- “Ab Apostolici”, del papa León XIII, 15 de octubre de 1890.
- “Praeclara Gratulationis”, del papa León XIII, 18 de marzo de 1902.

“Irrumpen como ladrones”
 El papa Clemente XII, indicó cuidadosamente las razones por las que las asociaciones masónicas deben ser condenadas desde el punto de vista de la moral, la política y la sociología cristianas y católicas, a saber:

1. El inescrutable secreto y el disfraz insidioso e inmutable de la asociación masónica y de su obra, por medio de la cual los hombres de su calaña irrumpen como ladrones en casa y como raposas tratan de arrancar de raíz el viñedo, pervirtiendo los corazones de los hombres sencillos y arruinando su felicidad espiritual y material.

2. Los Juramentos de fidelidad a la Masonería y a la obra masónica, que no pueden ser justificados en su finalidad, en su objeto, ni en su forma; ni pueden por tanto inducir obligación alguna moral. Dichos juramentos son condenables porque la finalidad y el objeto de la masonería son malos y condenables y el candidato, en la mayoría de los casos ignora la importancia y extensión de las obligaciones que asume y el dicho juramento resulta un abuso, por lo inmoral, absolutamente reprensible...

3. El peligro que tales asociaciones envuelven para la seguridad y tranquilidad del Estado y para la salud espiritual de las almas; de donde se sigue una oposición entre dichas sociedades y el derecho eclesiástico y civil.

 El repaso histórico y documentado de la historia de las relaciones de la Iglesia y la masonería deja en claro que las manifestaciones vertidas por el Gran Maestre Clavero en oportunidad de disertar en nuestra provincia no se ajustan a la realidad. La Iglesia condena la masonería y según los dictados del Derecho Canónico, por Derecho Público de la Iglesia, un católico masón cumple con todas las condiciones para recibir la pena de la excomunión.

Fuente: Agencias.