Fundadores de Mariano Arista

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jueves, 24 de septiembre de 2015

Masonería oaxaqueña, del mito a una forma de vida


Cubiertos por el enigma, especulaciones y falsas concepciones, es como la masonería de todo el mundo ha vivido en los últimos años, sus acciones son fruto de la curiosidad y los señalamientos.

Oaxaca en la masonería
Los inicios de la masonería en Oaxaca se dieron en el siglo XIX, con la implementación de “El esfuerzo de la virtud” en 1882 del rito Yorkino, donde se inició Benito Juárez, uno de sus grandes maestros fue Antonio de León.

Desde entonces, generaciones enteras han permanecido en esta organización de misteriosos matices. Uno de los masones más notables es Efraín Morales Sánchez, exgran maestro de la Gran Logia Benito Juárez García Libres y Aceptados Masones del Estado de Oaxaca, en entrevista cuenta lo que significa pertenecer a una de las asociaciones más sobresalientes desde la Revolución Francesa.

Enaltecer el espíritu, verdadero significado de ser masón
En palabras del maestros Morales, un masón debe ser una persona humilde, respetuosa de la religión, la política y sus gobernantes, pero con un gran sentido del dogma. Un masón es un liberal humanista que sabe elegir lo bueno y lo malo para el hombre y para la sociedad.

“La institución masónica es iniciática, donde concurren personalidades que buscan el perfeccionamiento del ser humano, donde vamos a conocer los valores para practicar las virtudes, esto para construir a seres humanos íntegros, responsables y comprometidos con su ser, con la familia y con la sociedad”, menciona el maestro Morales.

Para pertenecer a la institución, se deben cubrir rigurosos requisitos, desde la edad, el padrinazgo hasta el tipo de rituales.

“Para ser iniciado en la institución se requiere de una recomendación o de un padrino, quien es el responsable de la persona que se elige, primero para que tenga una entrevista y ver realmente si reúne las cualidades morales con su familia, en su trabajo y en la sociedad”, argumenta Morales, además destaca que en caso de reunir los requisitos, se entra a un proceso de iniciación, se hace la solicitud y posteriormente se le dan a conocer los primeros misterios con los que logrará ser un aprendiz de masón.

El maestro Morales considera que cualquier persona puede llegar a ser masón, señalando dos caminos para llegar a la meta, “para ser masón hay dos formas, una es construir nuestra vida durante toda nuestra existencia, la otra es cuestión administrativa, en ir obteniendo ciertos grados o ciertos títulos, sólo es una formalidad institucional, en sí lo que se busca es construir durante toda nuestra vida a nuestro ser para encontrar la felicidad, el entendimiento y la sabiduría de las cosas”.

21 años es la edad ideal que los maestros masones toman en cuenta para formar a los aprendices, ya que consideran esa etapa como adecuada para rescatar sus virtudes y exaltar el espíritu.

El mito del poder y el ocultismo
La literatura, las películas y las supuestas conspiraciones mundiales ubican a la masonería como asociaciones sospechosas de sus actividades, implicando a personalidades de la literatura, el arte, la política y la ciencia.

A los masones se les adjudica poder, dinero y sobre todo una eterna rivalidad con la Iglesia, “hay muchos políticos que se acercan a la institución masónica y piensan que van a resolver sus problemas materiales, y no, ahí vamos a aprender a resolver nuestros problemas espirituales a conocer la moral, saber cómo comportarse, darle valor a las cosas para poder ser un hombre virtuoso” señala.

Ocultarse de la imagen pública es otro mito, al respecto Efraín Morales responde que no es verdad, pero al mismo tiempo no es cuestión de presunción, “un masón no es el artificio material que tiene que exclamar que es masón, o llenarse de medallas o piense que es el elegido o que piense que tiene el poder, un masón debe ser humilde para entender a los demás”.

Al respecto, el maestro Morales menciona que se trata de abrir las posibilidades a la sociedad con la finalidad de dejar de lado la especulación, la cual ha perjudicado a la institución, “la masonería está abierta, todo mundo puede ser un masón textual, pero, la masonería no se abre a todos, porque quien la tiene que abrir somos nosotros en nuestro ser, en los principios, en los valores”.

En sus inicios y por las posibilidades de la época, las mujeres no eran aceptadas, debido a que en el siglo XIX no era bien visto moralmente; contrariamente, hoy tienen una participación activa que las consolida en cualquier campo de estudio. Los requerimientos a los que se someten son los mismos que los varones, con la excepción en la ejecución del rito lunar y para ellos el solar.

“Nosotros no vamos a la masonería a demostrar que tenemos mucho conocimiento, tampoco vamos a demostrar que tenemos una posición económica fuerte, que tenemos una posición política o tenemos una jerarquía religiosa, todo eso es ajeno a la institución, hay una falsa expectativa de muchas personas que piensan que al entrar a la masonería van a estar en un círculo de poder y no es así, sólo van a entrar a un entendimiento con su ser”, finaliza.

Fuente: Agencias.