Fundadores de Mariano Arista

Fundadores de Mariano Arista

lunes, 14 de noviembre de 2011

El hombre común que preside la más misteriosa de las organizaciones


“Hay masones en el Gobierno. En todos los gobiernos hay masones, porque existen masones de todos los partidos”.
Es la cabeza visible de una de las organizaciones más misteriosas y enigmáticas de la historia. Representa un legado de cientos de años que sobrevivió en los cinco continentes a todos los gobiernos. Su cargo, en la Argentina, estuvo en manos de presidentes y ministros. Nadie imaginaba en esa oficina céntrica de Buenos Aires que detrás de aquel sencillo despachante de aduana se erguía la figura del Gran Maestre de los masones en la Argentina. Ese día, hace tres años, el portero del edificio pasó la noticia que había salido en el diario a sus compañeros de trabajo y cuando se abrió la puerta del ascensor que lo llevó hasta esa oficina, su vida cambió para siempre. “Es él, el capo de la masonería”, decían mientras lo interrogaban con ojos nuevos, como buscando algún detalle que se les había pasado por alto durante años.
“Ese día tuve un recibimiento muy bueno, muy lindo. Lo que más me preguntaban era por qué no había dicho nada. Lo podría haber dicho, pero me pareció que los muchachos no lo iban a entender”, dice Angel Jorge Clavero que, además de ser un despachante de aduana jubilado, preside la Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones. Es el primer Gran Maestre que no oculta su identidad, según la nueva política de la organización iniciática. “No tenemos nada que ocultar, sino mucho que ofrecer”, afirma la máxima autoridad de la masonería, que tiene 12.000 miembros en el país. La mitad de los masones está en actividad, es decir, concurre semanalmente a su logia.
Hay películas, libros y novelas de televisión que giran en torno de la masonería. Tipos encapuchados planificando el destino en altares paganos, símbolos secretos, manuscritos esotéricos, rituales, conspiración, exclusividad y poder, son algunos de los ingredientes que prefieren escritores y guionistas para transformar en éxitos sus trabajos. Clavero no se ve tan misterioso. Se parece a cualquier buen padre de familia. No lleva túnica ni siquiera corbata. Pero en fotos que circulan por internet aparece con un collar dorado, del que cuelga un compás haciendo un triángulo con una especie de ojo abierto en su interior. Lleva guantes blancos y tiene atada a la cintura una manta bordada con símbolos.
En una de las dos populares novelas de la televisión que giran su temática en torno de la masonería, quien lo representa como Gran Maestre y director de una logia siniestra tiene el poder de engañar a la muerte y elegir a los presidentes de la Nación. Es una especie de entidad oscura inmortal. “Los muchachos del trabajo me preguntaban, cuando salieron las novelas, si era como decían, si yo tenía tanto poder. No usamos túnicas, tampoco hay rituales secretos. Por el contrario, realizamos ceremonias que puede presenciar el público. La única ceremonia exclusiva para masones son las iniciáticas, porque el iniciado no pude saber como será su ceremonia de iniciación”, cuenta el único masón que no tiene que camuflar su pertenencia a la orden que, durante la edad media, se ocultaba en el gremio de los constructores.
“Cada vez voy más contento a la logia, porque es un aprendizaje continuo”, dice Clavero que es masón hace 26 años, aunque casi todos los que lo rodean se enteraron hace tan solo tres. La gente del barrio y sus vecinos, desde que salió en los medios, lo miran de otra forma. “Fue una cosa bárbara. Me empezaron a mirar con un respeto que desconocía. En el trabajo, en el partido político y con la gente del edificio. Los vecinos felicitan a mi esposa por la calle”, cuenta. “En mi partido se enteraron cuando invitaron a disertar a la logia a uno de los dirigentes políticos. Me tocaba presidir el acto. Era un sábado a la tarde y yo estaba todo ataviado como los masones. Fue difícil negarlo, pero lo tomaron muy bien y hasta me pedían libros para leer”, dice.
Clavero estuvo la semana pasada en Salta encabezando el Congreso Nacional de Simbolismo, organizado en el marco de una serie de actos homenaje por los 200 años del nacimiento de Domingo Faustino Sarmiento, antiguo Gran Maestre de la orden. “Observamos con enorme preocupación que en Salta, las autoridades gubernamentales han resuelto la reposición de la enseñanza religiosa en las escuelas públicas. Olvidan que el Estado es de todos. Creyentes, agnósticos y no creyentes lo sostienen con sus impuestos y esos dineros públicos no pueden ser destinados a fines arbitrariamente decididos por el administrador y ajenos al conjunto de la sociedad”, dice la carta con las conclusiones del encuentro.
“Claro que hay masones en este Gobierno”. Según Clavero, la masonería estuvo, está y estará presente en todos los proceso políticos. “Eso es porque es una cuestión de las personas, un estilo de vida que se adopta. Eso es independiente de los procesos políticos”, explica. La logia sigue los mismos valores que dejó la Revolución Francesa: libertad, igualdad y fraternidad. “Se luchó por la libertad y con sangre se alcanzaron libertades. Se luchó por la igualdad y ya está consagrada en la mayoría de las constituciones modernas. Ahora viene la lucha por la fraternidad”, asegura Clavero.
Presidió por tres años la masonería y obtuvo una segunda reelección hace dos meses. Su puesto necesita de una disponibilidad horaria importante. Encuentros con decanos de universidades, periodistas, intelectuales. “No nos pagan por trabajar de masones. Cada uno cumple con su trabajo y después se preocupa de la masonería, sobre todo si vivís en Buenos Aires. A la logia llego más relajado, con tiempo para pensar. Es una gran fraternidad”, dice el Gran Maestre despachante de aduana.

“No es que nos reunimos secretamente con algún ministro para decirle qué tiene que hacer, nada de eso existe”.
¿Qué es la masonería?
Masonería es libertad de conciencia y de pensamiento. Una logia en la que se enseña a pensar. No se baja línea ni se ordena al masón a pensar de tal manera, muy por el contrario. Uno avanza dentro de la logia en la medida del interés de cada uno. Cada uno aporta sobre lo que sabe. Todos aprenden de todos. La masonería es una cadena universal de hombres virtuosos. La cadena se abre para que entre alguien nuevo y se cierra otra vez. Nos ponemos muy contentos con cada nuevo eslabón, porque vienen nuevos valores y nuevas formas de interpretar la realidad.
Decimos que la masonería es una sociedad filosófica, filantrópica y progresista. La parte filosófica la tratamos en nuestros encuentro y talleres de ideas. Ahí vemos cuestiones sociales, políticas o culturales. La parte filantrópica tiene que ver con que para el masón, en su carácter ético, es muy importante la solidaridad como valor. En ese sentido ayudamos a colegios o con la copa de leche diaria que reciben miles de alumnos.
Le faltó el progreso...
Por el progreso hacemos, por ejemplo, el congreso de educación laica que dimos en Salta. Entendemos que la educación es la base fundamental de toda sociedad y entendemos que el laicismo es indispensable. No vemos al laicismo como la antirreligión, por el contrario, entendemos que le da al Estado un carácter neutral y más abarcativo. Creemos que las religiones deben quedar en el ámbito personal de cada uno. Pero el Estado debe educar sin religión. A la escuela van hijos nuestros de distintas religiones y el Estado tiene que estar por encima de eso. La educación laica es uno de los valores que defiende nuestra logia. El colegio público tiene que dar ejemplo de neutralidad. Después, cada cual puede mandar a su hijo al colegio privado que le venga la gana.
¿Qué actualidad tiene dentro de la masonería la simbología?
Las masonería, como institución educativa y cultural o como escuela de vida para los masones, tiene como método de enseñanza el simbolismo. Ese método, de antigua data, viene desde los comienzos de la masonería. La logia empezó siendo una cooperativa, en la que los viejos masones pulían piedra sobre piedra para hacer esos grandes edificios y catedrales que hoy todavía se conservan en Europa.
Como es un entidad progresista descubrió que toda la parafernalia que se utilizaba para la construcción iba cayendo en desuso. Con el advenimiento del iluminismo y la ilustración cambiaron las cosas. El ser humano pasó a ser el centro de la escena y ahí la masonería determinó dejar el plano de operarios de las grandes construcciones y pasar al plano especulativo, para construir el templo moral de la humanidad. Desde ese momento se propuso llenar de virtudes al ser humano, para que con eso sea una mejor persona. Si es una mejor persona es un mejor ciudadano. Si es mejor ciudadano, entonces mejora la vida política de su pueblo. Todo eso se enseña con el método simbólico.
¿Qué símbolos utiliza la masonería?
Los de la construcción: escuadra y compás, por ejemplo. En esa época, todo eso tenía un significado operativo para la construcción de los grandes templos. Hoy esos símbolos se conservan en viejas tradiciones, pero pasan a tener un contenido y un significado moral. La escuadra no solo está para medir la rectitud de la pared, sino que hoy sirve para regir la conducta del hombre, que tiene que ser una conducta recta. El compás marca la esfera de nuestros derechos, que terminan cuando empiezan los del otro. La simbología masónica tiene un trasfondo moral y ético. Los valores éticos son la piedra angular de toda la filosofía masónica.
¿Ser masón facilita la llegada a un cargo de poder?
No. Son mitos. La masonería siempre tuvo mala prensa porque hay apertura mental y libre pensamiento. Los fanatismos, tanto políticos como religiosos, y los dogmatismos siempre estuvieron en contra de la masonería. Hoy a cambiado un poco, pero antiguamente la masonería fue perseguida. No hace muchos años, en 1940, la dictadura de franco prohibió la masonería. Era un delito ser masón o comunista.
¿Hay bajada de línea cuando un gobierno no cumple alguno de sus principios?
La masonería no actúa como institución, sino a través de sus hombres. Renovamos la doctrina en los congresos. Por ejemplo en las conclusiones de carta del congreso de Salta, que son públicas. Cada masón, por su cuenta, decide llevarlo a la práctica. En el Gobierno tenemos 20 masones o 1, no importa, pero todos van a luchar por los valores de la logia . Es así y fue toda la vida así. Actualizamos, por ejemplo lo que piensa la masonería sobre educación, para hoy y para el futuro en Argentina. Pero después, la decisión de llevarla a la práctica es de cada uno de los masones. No es que nos reunimos secretamente con algún ministro, nada de eso, no existe. 
¿Las novelas de TV y libros que venden millones vulgarizaron la esencia de la logia?
Eso es ficción. Para nosotros, obviamente que se vulgarizó, pero son obras de ficción. Nuestra realidad es mucho más plana y aburrida y por eso los libretistas tienen que agregar esos condimentos para llegar al público masivo.
Si nos hubiesen consultado hubiera sido, sin duda, un producto más rico. Lo que no se puede negar es que tuvo mucho éxito y que todo el mundo habla de la masonería. Eso contribuyó a que se vaya agrandando la masonería. No fue todo para mal, aunque se vulgarizó un poco.