Fundadores de Mariano Arista

Fundadores de Mariano Arista

jueves, 21 de febrero de 2013

21 de febrero de 1910: Fundación de la Cruz Roja Mexicana



Una tarde de noviembre de 1911, tras uno de los muchos enfrentamientos que tendrían lugar por esas fechas, durante la Revolución Mexicana, un reducido grupo de voluntarios cabalgaba por las calles de Juchitán, Oaxaca, atendiendo a los heridos que, bañados en su propia sangre, se encontraban tirados a su paso clamando por ayuda.
No portaban armas ni uniformes, ni siquiera parecían lugareños pero algo llamaba poderosamente la atención del pueblo que extrañado los veía pasar. Ondeaban una bandera blanca en cuyo centro una cruz roja parecía hablar en silencio, el lenguaje de la paz y el entendimiento que la guerra había desterrado. Nadie sabía qué era o qué significaba, pero parecía que frente a ella las armas desistían a seguir disparando el plomo asesino.
LA PRIMERA AYUDA HUMANITARIA EN NUESTRO PAÍS
La historia de la Cruz Roja en México es la historia misma de nuestro país. Llena de contrastes, de sueños de hombres y mujeres, de esperanzas, de épicos acontecimientos y momentos dramáticos, de heroicos actos, de alegrías y satisfacciones.
Y es que no podríamos imaginar su trascendencia sin la vehemente voluntad y pasión de ayuda, de los millones de mexicanos que, sobre principios de caridad, gratuidad y desprendimiento, la han integrado a lo largo de 100 años en todos los rincones de nuestro territorio nacional. Gente de cada lugar, que bajo el mundialmente querido signo escarlata, lleva a la práctica su interés permanente por sus semejantes.
Cuando en agosto de 1909 llegó la noticia a la ciudad de México acerca de la devastación que Monterrey había sufrido por el desbordamiento del río Santa Catarina, aquellos pioneros que con muchos esfuerzos se encontraban iniciando el movimiento de la Cruz Roja -bajo la dirección de una maestra zacatecana de primaria, Doña Luz González Cosío de López- no dudaron ni un instante en aprestar socorros para salir prontamente en auxilio de quienes lo habían perdido todo.
Aun apenas en el viaje se fueron confeccionando los primeros brazales y banderas de una Cruz Roja que permanece perenne hasta nuestros días, como símbolo de asistencia humanitaria, imparcial y neutral.
El 21 de febrero de 1910 el presidente Porfirio Díaz firmó el decreto presidencial por el que se reconoció la existencia de esta sociedad de socorro en México. A partir de entonces, la Cruz Roja Mexicana ha estado presente prestando sus servicios a quien más lo necesita.
Han ayudado a la sociedad en casi la totalidad de las tragedias que han asolado a las familias mexicanas, tanto en regiones enteras como de manera particular: durante los conflictos de la Revolución, especialmente en el sitio de la Decena Trágica y la Batalla de Agua Prieta; las 2ª y 3ª invasiones norteamericanas; la pandemia de tifo e influenza española y las inundaciones en el bajío. Nuestra institución brindó tanto servicios de auxilio como de salud y de mediación, siendo en muchos casos la única organización que actuó donde otros no podían o no querían.
Gracias a su neutralidad, la institución ha sido protagonista de muy importantes acontecimientos. En 1920 el presidente Venustiano Carranza es asesinado en Tlaxcalantongo y, para evitar que su cadáver fuera ultrajado, es trasladado bajo la bandera de la Cruz Roja. Para 1926, la institución actuó en un marco de imparcialidad durante la cruenta guerra cristera.
En 1968, iniciado el movimiento estudiantil, estuvo presente sin ninguna otra causa que la humanitaria atendiendo a los heridos de todos los bandos. Y 26 años después, sus voluntarios formarían cinturones de neutralidad en los sitios de las pláticas entre el gobierno y los zapatistas, a efecto de garantizar las condiciones necesarias para el diálogo.
LA PRESENCIA DE CRUZ ROJA EN SITUACIONES DE DESASTRES
Los desastres han sido la constante en la acción humanitaria de la Institución y su labor ha sido ejemplo para muchos. En 1985, cuando el gran terremoto asoló la ciudad de México, Michoacán y Jalisco, la Cruz Roja organizó en amplia medida los sistemas de socorro y rescate de las víctimas. Permaneció presente después de la emergencia con programas de prótesis y rehabilitación y reconstrucción habitacional. Esta experiencia sentó las bases para el actual sistema de protección civil.
Sus acciones innovadoras, que implementa constantemente con el fin de ayudar mejor, la han llevado a estar preparada y presente antes y durante los impactos de mortíferos y devastadores huracanes, como Gilberto en 1988, Paulina en 1997, Stan en 2005 y las históricas inundaciones en Chiapas y Tabasco durante 2007, donde distribuyó más de 16 millones de kilos de asistencia humanitaria.
En muchos casos fue la Cruz Roja la que instrumentó acciones de vanguardia que salvaron numerosas vidas. En 1943, cuando el nacimiento del Volcán Paricutín en Michoacán, estableció campos de asistencia para los desplazados; en 1984, durante las explosiones en San Juan Ixhuatepec, aplicó un sistema de evaluación que permitió la evacuación inmediata de los habitantes de colonias aledañas.
Su red de centros de acopio facilita la llegada segura de ayuda humanitaria que el pueblo de México ofrece a sus hermanos en crisis, incluso más allá de nuestras fronteras, como en el caso del terremoto en Haití, en el que se enviaron y distribuyeron 6 mil toneladas de alimentos.
CRUZ ROJA MEXICANA HOY
Hoy, sus programas son tan amplios que abarcan, incluso, servicios de salud pública, médicos, escuelas de enfermería, capacitación, reducción de riesgo, servicios asistenciales a los más necesitados y programas educativos de la Cruz Roja de la Juventud. Éstos incluyen preparación para el cambio climático, primeros auxilios, seguridad vial, salud sexual, VIH-SIDA, adicciones y derechos humanos.
Nuestra Cruz Roja es, a más 100 años de su fundación, una de las más fuertes y extensas en todo el mundo, GRACIAS A TI.